Jurado irónico

Durante la audición del Ballet Nacional CIásico hubo algunas irregularidades. Raúl Tino, primer bailarín de la compañía y miembro del tribunal por el comité de empresa, mantuvo una actitud de irónica sonrisa y distracción durante toda la primera parte de la prueba. Algunos participantes, terminada la audición, se quejaron de esta falta de respeto.En la mesa había al menos tres personas que no formaban parte oficialmente del tribunal y que durante todo el examen intercambiaron criterios con los calificadores. De cualquier forma, la decisión final pareció la justa, dado el bajo nivel general. Muchos de los que se presentaron a la prueba intentaban hacerlo lo mejor posible, pero una clara incapacidad fisica no se lo permitía. Es parte del mal crónico del ballet académico en España: la falta de una sistemática escolar, sumada en este caso concreto con una abrumadora escasez de chicos bailarines.

Sólo una escuela que integre a niños pequeños garantizará que no falten bailarines para sostener a sus parejas. En todo el mundo ya han pasado aquellos tiempos angustiosos en que Balanchine contaba con un hombre por cada 10 mujeres. Su genio excepcional le permitía hacer buenos ballets en aquellas condiciones, pero algo así no se ha vuelto a repetir.