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Los laboristas británicos se pronuncian por el abandono gradual de la energía nuclear

El congreso anual del Partido Laborista británico se pronunció ayer a favor del abandono gradual de la energía nuclear en la producción de electricidad, al tiempo que negaba los dos tercios reglamentarlos a una moción que exigía la renuncia inmediata de esa energía. Igualmente, otras dos mociones que pedían el aplazamiento de una decisión sobre el asunto durante un año más, con el fin de que una comisión especializada realizase un estudio exhaustivo, fueron estrepitosamente derrotadas.

El plenario del congreso, reunido en los jardines de invierno de la localidad costera de Blackpool, en el noreste de Inglaterra, desde el pasado lunes, decidió al mismo tiempo dar carta blanca al líder del partido, Neil Kinnock, para que establezca, en el caso de ganar las próximas elecciones generales, la forma y el calendario más convenientes para llevar a cabo la sustitución de las centrales nucleares por otras que utilicen otro tipo de energía, principalmente la carbonífera.El resultado de la votación del pleno de la conferencia laborista constituyó otro triunfo para las tesis de la nueva ejecutiva nacional, formada. en su mayoría por moderados y afines a las tesis centristas de Kinnock, que pretende presentar una imagen de unidad y moderación ante la opinión pública tras el desastre electoral sufrido por los socialistas británicos en 1983 bajo el liderazgo de Michael Focít.

La política seguida por Kinnock ha conseguido dar a los laboristas una ventaja en los sondeos que oscila entre: los seis y los dos puntos.El gran derrotado por el resultado del plenario fue el líder del sindicato minero, Arthur Scargill, que defendió una moción en favor del abandono de la energía nuclear "durante el mandato del próximo Gobierno laborista".

La moción de Scargill, aunque fue aprobada por mayoría simple, no obtuvo los dos tercios necesarios para que se convirtiese en política de partido. La moción recomendada por la ejecutiva del partido, el abandono gradual de la energía nuclear, sí obtuvo en cambio esos dos tercios reglamentarios, por lo que será incluida en el próximo manifiesto electoral laborista.

El debate fue la primera confrontación verdaderamente polémica que se registra en el congreso laborista desde su comienzo a principios de semana. Y constituyó, en suma, un duelo dialéctico de primera magnitud entre los oponentes de la energía nuclear por razones éticas, como la representante de la organización Campaign for Nuclear Disarmament, Joan Ruddock, y Scargill, que pretende una revitalización de la industria del carbón para encontrar trabajo a sus afiliados, diezmados por los cierres de minas decretados por los conservadores, de una parte, y los que abogan por el mantenimiento de esa energía por representar a los sindicatos que encuadran a los 140.000 trabajadores empleados en la industria nuclear británica.La ejecutiva laborista y Kinnock piensan que se tardarán "varias décadas" en poder poner fin totalmente a la producción de electricidad por medio de la energía nuclear.

La fecha mencionada como probable es la del año 2010. Curiosamente, la persona que, caso (le gobernar los laboristas, ocuparía la cartera de energía, el doctor John Cunningham, es partidario de la coexistencia de la energía nuclear con otras fuentes energéticas.

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