Solchaga mantiene el objetivo del 8% de inflación para 1986 y vaticina una baja de los tipos de interés

El ministro de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, manifestó ayer que el Gobierno mantiene todavía el objetivo de no superar el 8% de inflación durante este año, con un crecimiento "no muy distinto a cero en septiembre u octubre", y anticipó una baja de los tipos de interés en España por la disminución de las expectativas inflacionistas internas y del próximo acuerdo social, así como si se confirma el compromiso entre los grandes países para coordinar sus políticas monetarias y de tipos de cambio. Según el ministro, ya está listo el real decreto de liberalización de las inversiones en el exterior, que puede ser aprobado este mes.

En unas d eclaraciones en Washington, donde ayer intervino en la asamblea anual del Fondo Monetario Internacional (FMI) y Banco Mundial, Solchaga señaló que un acuerdo para una eventual baja de los tipos de interés en determinados países; industriales -que fuentes solventes anticipan para dentro de unas dos o tres semanassería "enormente beneficioso" para la econornía debido al efecto inmediato que tendría en la demanda interna de estos países. El ministro dijo que "el mayor efecto sobre España vio estaría sólo en la evolución a la baja de los tipos de interés, sino en la posibilidad de un crecimiento mayor de la economía española".El optimismio mostrado en el frente inflacionista fue explicado por Solchaga en función de las es peranzasque tiene el Gobierno sobre un crecimiento moderado, "no muy distinto a cero", del índice de precios al consumo (IPC) en el mes de septienibre. "Esto dejaría la inflación acumulada a finales de mes en el 6,5%, que nos daría un margen de maniobra de un 1,5% para los tres meses finales. La experiencia dernuestra que cuando se produce un fuerte aumento en mitad del año en precios alimenticios, luego se vioderan al final del año. Poreso el. 8% es pausible de alcanzar", dijo. El ministro también se refirió al efecto psicológico favorable que producirá la firma del acuerdo social con sindicatos y empresarios.

En relacióna los tipos de cambio, Solchaga apostó por una esta bilidad en el actual valor del dólar y dijo, respecto a la peseta, que "tenemos una 1niportante libertad de maniobra" debido a la situación de superávit de la balanza de pagos y a la evolución del comercio exterior. El ministro dio a entender que se encluentra cómodo con el actual valor de la peseta, pese a que "debernos tener en cuenta lo intereses del sector exportador". En este punto, Solchaga dijo: "No digo que no debamos seguir revaluando nuestra moneda, pero no debe continuar la caída del dólar".

Inversiones en el exterior

El ministro de Hacienda anticipó por otro lado, la próxima presentación a la comisión de subsecretarios de un proyecto de real decreto para la liberalización de las inversiones españolas en el exterior. Dijo que el ministerio había cambiado de opinión en cuando a autorizar este proceso por la vía de una orden ministerial y resaltó la conveniencia de hacerlo por medio de un decreto ley. Añadió que la aprobación del proyecto podría estar lista para finales de octubre.En el frente fiscal, Solchaga se mostró contrario a nuevos proyectos de reforma impositiva en nuestro país en la línea marcada por la Administración Reagan con su famosa cash bill. "No podemos andar en nuestro país con experimentos pendulares", dijo, "ya que no han pasado todavía muchos años desde que hemos comenzado a saber lo que es el impuesto sobre la renta". No obstante, el ministro de Economía y Hacienda auguró ciertas modificaciones marginales en las tarifas para el próximo ejercicio.

En su discurso ante el plenario, que por primera vez apenas contuvo referencias a la situación económica interna española, el ministro se alineó claramente con la postura comunitaria y, dentro de esta línea, se mostró partidario de una mayor coordinación de las políticas económicas de los países fiadustriales, defendió una estrategia más expansionista para la economía mundial y requirió soluciones concretas para el problema de la deuda exterior, al que calificó como "la verdadera crisis de los años centrales de esta década".