Estrenada en Madrid la ópera de Messiaen "San Francisco de Asis"
El compositor francés Olivier Messiaen (Avignon, 1908), estuvo, ayer en Madrid para coinentar su primera ópera, San Francisco de Asís, que anoche se representó en versión de concierto en el Teatro Real, dentro de la programación del Festival de Otoño. Las enciclopedias sitúan a Messiaen entre los grandes compositores de todo el siglo XX. Entre sus alumnos se cuentan Boulez, Stockhausen, Xenakis y muchos españoles. De un catolicismo con rasgos inísticos, lo abstracto de sus composiciones se concreta cuando cierra los ojos e imagina su música. "Entonces veo colores", afirma.San Francisco de Asís se estrenó en la ópera de París en diciembre de 1983. Era la primera vez que Messiaen se embarcaba en un proyecto de tal magnitud: cinco horas de espectáculo, trescientos instrumentos, 150 voces... En el teatro Real dirigió la versión de concierto Kent Nagano, con la orquesta y coros de la Radio de Holanda.
Messiaen charló en la mañana de ayer con los informadores. Mucha gente que ha estado en París, en la Iglesia de la Trinidad, ha tenido la oportunidad de atisbar a un hombre tocando el órgano, en un clima de rara espiriltualidad. Allí lleva Messiaen desde 1931, no sumido en el misterio pero sí des pertando la curiosidad de los es pectadores ocasionales, muchos de ellos luego reincidentes.
Una voz mística
La curiosidad queda satisfecha ante la presencia de un Messiaen jovial, cuyo aspecto no es en absoluto extraño sino al contrario, podría uno encontrarse a alguien como él, de rasgos franceses, en cualquier calle de París, despachando el pan o dirigiendo una empresa de seguros. Una imagen inicial que cambia cuando habla de su música y se refiere continuamente a su fe religiosa. Es entonces cuando sus rasgos se ablandan y ayudan a que su voz tenga resonancias místicas. Un Messiaen que fue apresado por los alemanes durante la II Guerra Mundial y allí compuso, para cuatro instrumentos tocados por cuatro presos, su impresionante Cuarteto para el fin de los tiempos.Messiaen cuenta el argumento de San Francisco de Asís: "La ópera narra el aumento de la gracia en el alma del personaje. Primero es Francisco, luego San Francisco, y por fin, mucho más que eso, entra la idea de la resurrección".
Por la pieza musical desfilan la criaturas a las que el Santo canta; el hermano sol; el leproso deshauciado a quien el protagonista besa y redime; el ángel músico, y muchos pájaros, cuyos canitos ocupan 50 minutos de un fragiriento de la obra.
Si a Messiaen se le pregunta el porqué de este argumento, alejado de referencias puntuales y agresivas al mundo actual -Luis de Pablo, presente en la charla, dedicó su ópera Kiú a temas muy candentes-, frunce un poco el ceño, como si se sintiese incomprendido y por eso fastidiado. "Mi música es un acto de fe", responde, "porque en primer lugar quiero contar con ella los misterios de Cristo. Los que no son creyentes podrán apreciar sólo la música pero se quedaran sin comprender la fe que ella esconde".
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