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Una película argentina vence en el festival de Biarritz

El filme La película del rey, del argentino Carlos Sorin, logró el Makhila de Oro, el gran premio del VIII Festival de Cine Ibérico y Latinoamericano de Biarritz, clausurado el domingo, que se ha venido celebrando desde el pasado martes, día 23.

La obra de Sorin tenía ya el León de Plata de Venecia 86 a la mejor opéra prima y merece ampliamente sus premios. La dirección, el guión -de Sorin y Jorge Goldenberg, quien también escribió los excelentes diálogos-, los decorados y los trajes -de Margarita Jusid- y la música -de Carlos Franzetti- componen un trabajo de equipio en el que seencuentran referencias implícitas tanto a De Chirico como a Fellini.El Makhila de Plata (premio especial del jurado) correspondió a Tiempo de morir, del colombiano Jorge Ali Triana (segunda versión de un guión escrito por Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes hace 20 años).

El premio a la opera prima -Makhila de Honor- fue ganado por Pequeña revancha, de Olegario Barrera. (venezolano nacido en las islas Canarias), filme basado en el cuento del chileno Antonio Skarmeta La composición. La dirección de los actores (cuya mayoría son niños) es destacable. La misma película obtuvo el premio del público.

El premio de la categoría documentales fue otorgado a ¡Oh, Picasso!, del canadiense francófono Gilles Carle, y el de la Asociación Francesa de Cine de Arte y Ensayo (AFCAE),a Tiempo de silencio, de Vicente Aranda.

La actriz y realizadora francesa Juliet Berto leyó, en nombre del jurado de ficción, del que formaba parte, la declaración siguiente: "El jurado saluda la destacada calidad técnica de la mayoría de las obras presentadas, la cual atestigua la madurez de las cinematografías de América Latina y la península Ibérica. Y hace votos para que se lleven a cabo todos los esfuerzos posibles para que dichas relaciones culturales continúen".

Este festival se caracterizó por una serie de problemas técnicos y administrativos, totalmente independientes de la voluntad de los organizadores, que causaron la ausencia del eine venezolano Manon, de Roman Chalbaud (una versión tropical de Manon Lescaut, del abate Prévost),y la proyección tardía de Werther, de Pilar Miró, con lo cual el jurado no pudo tomarlo en cuenta. Es decir, que dos de las películas de ficción que debían concursar no pudieron hacerlo.

El palmarés es correcto y la acotación del jurado es un reconocimiento en sí, a nivel de Miss Mary, de la argentina Maria Luisa Bemberg (con Julie Christie, en el papel de una institutriz británica que llega a Argentina para hacerse cargo de las dos hijas de una familia de la oligarquía y que vive allí entre 1938 y l945); de La gran fiesta, del puertorriqueño Marcos Zurinaga, quien escribió el guión con Ana Lidia Vega, joven escritora puertorriqueña reconocida internacionalmente a través de diversos premios (entre otros, el de Casa de las Américas); de El hombre de la capa oscura, del brasileño Sergio Rezene, y de otros muchos. Un excelente filme de animación cubano, Vampiros en La Habana, de Juan Padrón, no hubiera debido ser presentado en este festival: su calidad le hace candidato a un gran premio en un festival especializado, pero no se ve cuáles habrían podido ser aquí los criterios de comparación con los demás filmes en concurso.

El festival de Biarritz sigue siendo, por el momento, el único festival francés y europeo que sirve de encuentro exclusivo a las cinematografías de los distintos países de América Latina y de la península Ibérica, por lo que su valor es incontestable.

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