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Tropas francesas llegan a Togo tras el intento de golpe de Estado

Lluís Bassets

Tropas francesas procedentes de las bases de la República Centroafricana y de Gabón llegaron ayer a Lomé, capital de Togo, en aplicación de los acuerdos de defensa existentes entre Francia y este pequeño país africano. La intervención francesa se produce a solicitud del presidente de Togo, general Gnassingbe Eyadema, que habló por teléfono con el presidente de la República, François Mitterrand, poco después del asalto frustrado de un comando armado no identificado a su palacio presidencial.Eyadema lleva 19 años gobernando este país africano, de 57.000 kilómetros cuadrados, que cuenta con 2,7 millones de habitantes pertenecientes a 40 etnias distintas.

El envío del destacamento francés, compuesto por unos 250 paracaidistas y algunos aviones, se produjo en perfecto acuerdo entre el presidente de la República y el primer ministro Jacques Chirac.

El contingente militar francés permanecerá en Togo, según las primeras previsiones, hasta la celebración de la cumbre franco-africana, fijada para finales de noviembre.

Esta reunión de jefes de Estado de países africanos francófonos supondrá, según todos los observadores, un reforzamiento del prestigio del presidente de Togo.

El capitán Jerry Rawlings, jefe de Estado de Ghana, país vecino acusado por las autoridades de Togo de instigar a los atacantes del palacio presidencial, ha manifestado que consideraron "vergonzoso y escandaloso" el llamamiento de Eyadema para la intervención de "tropas extranjeras". La intervención francesa se produce ocho meses después de la llamada operación gavilán, que llevó a un contingente francés a Chad.

Según algunos comentaristas, para hallar un precedente de intervención militar en los asuntos internos de un país hay que remontarse a 1964, cuando paracaidistas franceses permitieron al presidente Mba de Gabón recuperar el poder. La intervención en Chad fue calificada como "defensiva" y debida a la actitud de Libia, mientras que los incidentes de Togo parecen tener origen en los rencores todavía vivos de la familia de Sylvanus Olimpus, presidente muerto en el golpe de Estado de 1967 que llevó a Eyadema al poder.

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La presencia francesa en Togo no es simbólica, sino "significativa", según fuentes del Ministerio de Defensa, y tiene como objetivo asegurar la estabilidad en el país hasta la celebración de la cumbre franco-africana.

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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