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Fernández Ordóñez insiste ante Shultz en reducir "sustancialmente" las tropas de EE UU en España

Francisco G. Basterra

El ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, reiteró ayer a su homólogo norteamericano, George Shultz, en Nueva York, que el Gobierno desea que se reduzca "sustancialmente", en hombres, pero también en instalaciones, la presencia militar estadounidense en España. No se trata de una operación de imagen ni de un juego del presidente Felipe González ante la opinión pública por motivos de política interna, explicó Fernández Ordóñez a Shultz, según dijo después de la entrevista el portavoz del Ministerio de Exteriores. Los próximos días 15 y 16 de octubre, delegaciones de los dos países celebrarán, en Washington, la segunda ronda de las negociaciones sobre las bases. El ministro español se entrevistó también con su homólogo soviético, Edvard Shevardnadze.

El documento que presentó España -en el que exige recortes en la presencia norteamericana en Torrejón y Zaragoza- en la primera ronda negociadora, celebrada el pasado julio en Madrid, es "serio y ajustado", explicó Fernández Ordóñez a Shultz. Fuentes españolas admitieron que Estados Unidos no ha admitido aún que España va en serio en esta cuestión. "El documento presentado en julio no es un papel de los principios de la negociación, sino que es algo detallado, que no nos deja demasiado margen de maniobra", explicó el portavoz español, quien precisó que no se trata de un papel para "chalanear".Fernández Ordóñez insistió ante Shultz, al que acompañaban la secretaria adjunta de Estadio para Asuntos Europeos, Rozanne Ridgway, y el embajador de EE UU en la ONU, Vernon Walters, que la reducción que pide España "está basada en razones políticas, estratégicas y de seguridad". Washington continúa insistiendo en que la eventual salida de sus aviones de Torrejón o Zaragoza disminuiría los niveles de seguridad occidentales, que sólo estarían protegidos si la fuerza aérea española sustituyese las misiones que ahora realizan o que cumplirían sus aparatos, en caso de conflicto, en Europa Central y en el Mediterráneo. Fernández Ordóñez reiteró que la posición española no supondría un descenso del nivel de seguridad colectiva de la Alianza Atlántica.

"Tienen que entender que estamos decididos a realizar la reducción. Tenemos un compromiso con el pueblo español. Les hemos explicado hoy que cumplimos con el compromiso del referéndum y este compromiso también lo cumplirá el Gobierno", declaró a los periodistas el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Inocencio Arias, tras la entrevista.

La reunión Fernández Ordóñez-Shultz, la primera que celebran ambos tras las elecciones generales y después de la primera ronda negociadora para renovar el convenio bilateral de amistad y cooperación, duró 30 minutos y se desarrolló en un hotel frente a la sede de las Naciones Unidas. Fernández Ordóñez pidió también a Shultz en la entrevista que Estados Unidos apoye la pretensión española de pasar a formar parte del denominado grupo de los diez. El ministro explicó que si este grupo de los principales países industrializados se abre, debe dar entrada a España, que presta una colaboración importante en el orden económico internacional. "Las dificultades", precisó, "no proceden de Estados Unidos".

Balanza comercial

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La entrevista fue utilizada también por Fernández Ordóñez para suscitar la cuestión de la balanza comercial hispano-norteamericana, especialmente desequilibrada a favor de Estados Unidos en el comercio militar, y para conocer la evaluación de Shultz sobre el momento actual de las relaciones Este-Oeste. Según el ministro español, el secretario de Estado es "más cauteloso" en su optimismo que Edvard Shevardnadze, ministro de Exteriores soviético, con quien Fernández Ordóñez se había entrevistado momentos antes. Por parte española asistieron a la entrevista con Shultz el número dos de Exteriores y, principal negociador para la reducción de las bases americanas, Máximo Cajal, el director general de América del Norte, Eudado Mirapeix, y el embajador de España en Washington, Gabriel Mañueco.

Edvard Shevardnadze, comunicó ayer a Fernández Ordóñez, en la entrevista mantenida por ambos, su "optimismo moderado" sobre la celebración de la próxima cumbre entre las superpotencias y de una solución satisfactoria del caso Daniloff.

Fernández Ordóñez se reunió también ayer, antes de ver a los representantes de los dos grandes, con el ministro chino de Asuntos Exteriores, Wu Xuequian. Trataron de la apertura de consulados en Barcelona y Sanghai, y España pidió que se desbloqueen los proyectos de cooperación económica, fábricas llave en mano de cemento y petroquímica que iba a realizar la ingeniería española, acordadas en el viaje de Felipe González a China, en 1985.

Los Reyes salieron ayer de Nueva York a las ocho de la tarde y llegarán a Madrid esta mañana. El presidente de México, Miguel de la Madrid, dijo, tras una entrevista que mantuvo con Don Juan Carlos, en Nueva York, que éste le había reiterado el apoyo del Gobierno español al proceso regional de paz en Centroamérica, conocido como Contadora.

Tras ver al Rey, el presidente de Costa Rica, Óscar Arias, pidió un mayor protagonismo de España en la región. Afirmó que no basta con dar consejo y añadió que "España tiene gran autoridad moral para retorcer el brazo a sus hijos".

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