La URSS sigue sin conocer el origen de una de las mayores catástrofes de su historia
¿Una gigantesca explosión nuclear destruyó a comienzos de siglo la región siberiana de Toungouska, 37 años antes de la primera prueba nuclear que se realizó en la Tierra? Esta fantástica hipótesis ha sido minuciosamente analizada por uno de los principales analistas soviéticos, Nikolai Vassilev, que acaba de exponer sus conclusiones.El 30 de junio de 1908, no lejos del lago Baikal, en Siberia Oriental, una superficie enorme de taiga (bosque de coníferas) desaparecía del mapa por una explosión de una potencia dos mil veces superior a la de la bomba de Hiroshima.
Caída colosal de un meteorito, fenómeno solar, colisión con un pequeño planeta, vehículo espacial de propulsión nuclear que explotó en las proximidades de la Tierra, toda una serie de hipótesis más o menos fantásticas se han sucedido a lo largo de los años.
El académico Vassilev, responsable de una comisión que ha estudiado durante cerca de treinta años ese misterioso fenómeno, ha subrayado, en una entrevista publicada por el diario Komsomolskaia Pravda, que el "fenómeno recuerda mucho el proceso de una explosión nuclear". Primero, por la amplitud de la destrucción. La deflagración se produjo a unos 5.500 metros de la superficie terrestre y arrasó mas de 2.000 kilómetros cuadrados. Si la explosión se hubiera producido a menor altura, la región habría sufrido daños muy superiores, sólo comparables a los que causaría una inmensa catástrofe nuclear. En segundo lugar, simultáneamente a la explosión se produjo una fuerte tempestad magnética, "extraordinariamente" similar a las perturbaciones geomagnéticas inducidas por las pruebas nucleares. Finalmente, "enormes mutaciones" se produjeron en la flora de la región así como en algunas especies animales.
El académico reconoce que la naturaleza de estos cambios sigue siendo "inexplicable", pero indica inmediatamente que no existe "ninguna duda" sobre su existencia. Si no hubiera habido una explosión nuclear no podría haber habido radiaciones ionizantes. "¿Cómo explicar entonces las mutaciones de la flora y la fauna?", se pregunta Vassilev.
Sin embargo, al término de la entrevista, el científico se defiende de ser un partidario de la hipótesis nuclear. Destaca, que en concreto, la duración de la deflagración, quizás un segundo, fue infinitamente más larga que la de una explosión atómica. ¿Cuál sería el origen de un fenómeno nuclear? El académico rechaza también otras hipótesis, como la que mantenía que extraterrestres habrían provocado la explosión, o la que lo atribuye a la caída de un meteorito.
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