"Gangrena pútrida"

Entre el estilo de don José Antonio Osaba, en su artículo publicado por EL PAÍS hace unos días, sobre los "riesgos de caer en la trampa" (de negociar), que tanto recuerda a los mejores momentos de por ejemplo, un José Luis Gómez Tello o del más ilustre anticomunismo de los ultras españoles, y esa "gangrena pútrida" que es ETA para el editorialista de ese mismo diario bajo el título Cien guardias ante un juez, uno no puede por menos de considerar que, efectivamente, la paz está muy lejos, aunque en este caso lo que más me preocupa es un problema de estilo. Yo no sé de qué modo puede definirse a ETA por sus más fervientes enemigos, pero la cosa andará por el tema -bien duro y terrible- de la sangre. El pus circula profusamente por otros circuitos; y en cuanto a la gangrena, ya se definió muy bien con ese término, durante la guerra de Argelia, la práctica de la tortura, y aun en aquel caso lo de "pútrida" hubiera sido una pasada. ¿Recordáis aquel estremecedor librito de testimonios que se tituló La gangrena? Los editores habían dado en el clavo del estilo. De haberse titulado La gangrena pútrida, hubiera sido difícil que alguien se lo tomara medianamente en serio.-