París insiste en la participación de los hermanos Abdala en los últimos atentados
La policía francesa sigue insistiendo en la pista de los hermanos Abdala como autores de los últimos atentados que han conmocionado a toda Francia, cinco días después de la más sangrienta de estas explosiones, que quitó la vida a cinco personas en los almacenes Tati de la calle parisiense de Rennes. La vuelta a París, el pasado viernes, del presidente François Miterrand, tras su viaje a Indonesia, parece haber suministrado arrestos a los dirigentes socialistas, que por primera vez después del ambiente de unidad alrededor del Gobierno de Jacques Chirac han empezado a formular críticas contra su actuación.
La pista que lleva a identificar como autores de los últimos atentados a miembros de la familia Abdala -uno de cuyos hermanos, Georges, cumple actualmente condena en la cárcel de La Santé, de París- no ha sido desmentida, según la policía francesa, por las sucesivas declaraciones de inocencia realizadas por varios de los libaneses cuyos rostros figuran en los anuncios que estos días empapelan los muros de Francia, en los que se promete una sustanciosa gratificación a cambio de su captura.La posibilidad de que los autores de los atentados viajaran a Líbano después de la colocación de las bombas no ha sido descartada. Las investigaciones se centran en los movimientos registrados tanto en aeropuertos internacionales corno en pequeños aeropuertos de tráfico privado con el fin de hallar una explicación a la salida de los terroristas poco después dlel reforzamiento de los controles en todas las fronteras.
La tregua observada hasta hoy por los terroristas podría deberse, según esta versión, al regreso a su país de los principales miembros del grupo terrorista. El Comité de Solidaridad con los Presos Árabes y de Oriente Próximo, que se haresponsabilizado de los atentados de los últimos días, hizo ayer públicos dos nuevos comunicados. "No hemos puesto plazo a nuestras operaciones y no tenemos intención de hacerlo", señala el grupo en uno de ellos. En el otro el Comité amenaza al Gobierno francés ante la posible "liquidación risica, bajo pretexto de enfermedad, de sus militante?.
El traslado de Abdala
El traslado de Georges Ibrahim Abdala a la cárcel de La Santé fue conocido en el Líbano con un error de traducción, según el cual el preso habría sido trasladado al hospital. Un periodista del diario Le Matin, de París, que se hallaba en Kobayat (Líbano), en casa de los hermanos Abdala, contaba en la mañana de ayer, en su diario, el nerviosismo de la familia ante la noticia del traslado de Georges, así como de la aparición de personas arínadas en la casa.
Jacques Vergés, abogado de Georges Ibrahim Abdala, manifestó su inquietud, después de que le fuera prohibida la entrada en la prisión, en relación con la integridad fisica de su cliente. «Supongo que está en tal estado que no osan mostrármelo", dijo.
La pausa en la estrategia terrorista ha coincidido con las primeras críticas socialistas. El ex ministro de Cultura Jack Lang ha señalado: "Ante la desgracia que nos golpea, el Gobierno tiene la suerte de hallar una oposición responsable animada por un espíritu cívico, cosa que no siempre ha sido la consigna de la derecha."
El ex ministro de Economía Pierre Bérégovoy ha sugerido que el Gobierno de Chirac podría haber tomado iniciativas contraproducentes en Oriente Próximo: "Me pregunto qué ha sucedido entre mayo y septiembre. Espero que un día el país será inflarmado". Según el ex ministro socialista, si el Gobierno de Chirac no lograra hacer frente a la ola terrorista, podría llegar a plantearse la intervención del presidente, como "responsable de la seguridad del país, del funcionamiento regular de los poderes públicos y de la unión necesaria de los franceses."
Esta alusión al papel desarrollado por Mitterrand ha sido interpretada -entre otros, por el diario Le Monde- como una referencia al artículo 16 de la Constitución, que proporciona poderes de excepción al presidente.
Por otra parte, el dirigente ultraderechista Jean Marie le Pen desafió ayer por la tarde la prohibicíón de manifestaciones dictada por el Gobierno y reunió a unos cientos de sus seguidores para pedir la pena de muerte, exigir visados para todos los extranjeros y atacar a Chirac por su debilidad ante los terroristas
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