Acatar la sentencia

Oyendo hablar estos días tanto de falta de libertad, de coacciones que se ejercen a todos los niveles en todos los lugares del mundo, me viene a la memoria un hecho reciente sucedido en nuestro país y que me afecta de modo especial, por muy diversas razones.La Audiencia Territorial de Albacete dictó sentencia, en segunda instancia, cuando ya previamente lo había hecho el juzgado de Murcia, declarando la propiedad privada de las playas de la Manga del Mar Menor. Detrás de esta sentencia hay un gran abogado que lo único que ha hecho ha sido defender sus derechos dentro de la más estricta legalidad, y prueba de ello son las citadas sentencias.

En cuanto la noticia fue hecha pública, Televisión Española, en los espacios informativos generales y especiales, comenzó a difundir una serie de comentarios que para nada hacían referencia a la propia sentencia, sino a la. persona del abogado, inexactos, erróneos y confusos, dando la idea al público de que éste prácticamente había usurpado dichas propiedades y emitiendo juicios sobre otras actuaciones de este gran jurista.

No viene al caso aclarar ahora esos errores con tanta ligereza difundidos, pero sí dejar claro que, en un Estado de derecho, las decisiones judiciales, afecten a quien afecten, aunque sea al mismo Estado, son para acatarlas y, en su caso, utilizar los medios procesales par a discutir en los tribunales -y solamente en ellos- las razones que amparan los derechos de cada uno-