La enseñanza privada
Comienza el curso 1986-1987, y de nuevo los trabajadores de la enseñanza privada no sabemos aún lo que nos corresponde cobrar en el curso anterior. Esto ocurre porque nuestro convenio viene soportando en su negociación múltiples incidencias y extrañas presiones.Cualquier observador atento puede concluir lúcidamente que la negociación de nuestro convenio viene constituyendo para la patronal CECE un excepcional instrumento de presión contra la Administración, porque al afrontar la negociación con el único objetivo de que el Gobierno cambie las órdenes de subvenciones a su favor, a la par está trasladando al ámbito negociador de un convenio el enfrentamiento político que mantiene contra el ministerio y su política educativa.
La CECE no está afrontando sus responsabilidades propias de empleador y, obstinada exclusivamente en los criterios económicos, convenio tras convenio se niega a revisar nuestras condiciones sociales y de trabajo, que no se pueden comparar con las de la enseñanza pública. Con esta muestra de incapacidad está llevando a sus trabajadores a una situación económica inaceptable y les está fomentando un desaliento que en nada potencia la calidad de enseñanza y el prestigio profesional.
Ahora que parece llegada a su fin su batalla política anti-LODE -ley contra la que sí ha quemado la CECE preciosas energías y utilizado los más variados recursos de presión: los tribunales, la calle, los padres de alumnos, etcétera-, los que trabajamos en este sector esperamos que los dirigentes de la CECE cambien de actitud y pongan toda su voluntad en resolver con espíritu negociador los auténticos problemas que nos preocupan: convenio justo, homologación incuestionable, centros en crisis, etcétera-
Jerez de la Frontera, Cádiz.
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