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CASTILLA Y LEÓN

Concentración ecologista para pedir que se desmantele la central de Garoña

Unas 700 pesonas, en su mayor parte ecologistas y antinucleares procedentes de Castilla y León, Euskadi y La Rioja, se dieron cita en la mañana de ayer ante la central nuclear de Santa María de Garoña (Burgos) para exigir la desmantelación de ésta. La concentración, que transcurrió sin incidentes, fue el acto culminante de la IV Bajada del río Ebro, una movida ecológica estatal, con representaciones de los verdes alemanes occidentales y suecos, que se inició el sábado en la localidad burgalesa de Miranda de Ebro con el objetivo de reivindicar la recuperación de este río, afectado, según los ecologistas, por la actividad de la central nuclear.

Sobre las dos de la tarde del domingo, los ecologistas, que habían salido en bicicleta un par de horas antes de Miranda y otras localidades próximas, hacia Garoña, se concentraron en Barcina del Barco, lugar cercano a la central, desde donde se dirigieron a la entrada de la misma, que estaba custodiada discretamente por fuerzas de orden público y personal de seguridad.Tras una media hora de concentración, en la que se corearon gritos de "Garoña, carroña", "Ascó, Garoña, paralización" y otros, contra los responsables de la central, un portavoz de la coordinadora ecologista de Miranda, organizadora del acto, dio lectura a un manifiesto en el que se denunciaba el funcionamiento de la central.

Según los ecologistas, esta central, la más antigua de España, con 15 años de actividad, ha estado sujeta en la práctica a bastantes meses de parada "debido a sus constantes averías, incidentes y escapes radioactivos silenciados en su mayor parte por la central y por los responsables de seguridad de este país". A los presuntos escapes, categóricamente desmentidos por los responsables de Garoña, los ecologistas suman el peligro potencial que supone la existencia en la central de "6.500 bidones de residuos radioactivos cuyo futuro está por determinarse". A ello habría que añadir, según los manifestantes, las deficiencias del Plan de Emergencia Nuclear, que en el caso de Garoña no reúne condiciones "ni en cuanto a medios técnicos ni en cuanto a asesoramiento a la población, para un potencial caso de evacuación".

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