Suburbano, doble vertiente
Concierto de Suburbano Bernardo Fúster, solista; Luis Mendo, guitarras y coros; Kaelo del Río, teclados; Billy Villegas, bajo; Tino di Geraldo, batería; Esther, percusión y coros, y Lorenzo Solano, flautas y saxos. Cuartel del Conde Duque, 26 de agosto.Bernardo Fúster y Luis Mendo aún se llaman Suburbano. Han variado su estilo hacia sonidos más simples, estribillos pegadizos que se repiten y, maneras que simulan música pop-rock. Desde siempre han mostrado su interés por las músicas tradicionales, por estudiarlas, desarrollarlas y orquestarlas con cierto virtuosismo. A su modo, ponían al día su entendimiento de los sonidos arraigados a partir de un trabajo muy elaborado y costoso que recibía la pequeña recompensa de unos pocos. ¿Dónde está la salida? ¿Qué hacer cuando se han vivido tantos años en que la músi.ea folclórica evolucionada, la música instrumental, ha interesado tan poco en España?
De la labor profunda y sincera a la sencillez compleja. Bernardo Fúster canta sin magia ni convicción, no se siente líder de los temas que interpreta, contagiado del cantautorismo al que tanto ha servido él y sus compañeros de Suburbano. Al pop que ahora se empeñan en practicar nada le van los recitados que critican o las frases intelectuales. El músico pop no se queja -"Qué hace un marine metido en mi cocina"-, el rockero o el cantautor, sí. Suburbano, un grupo que hace canciones de cantautor, quiere acariciar dos vertientes. No abandona su digno y cuidado pasado -"Lo hacemos porque luego hay quien nos acusa de que renegamos de nuestra época anterior"- y repasan temas antiguos que suenen como entonces, como los Suburbano que eran y que, al parecer, ya no quieren ser del todo. El oído pudo disfrutar en esos instantes de solos de bajo o de viento en instrurnentales idóneos para el lugar abierto, recreaciones de lo que bien se ha hecho.
El segundo camino hacia la salida, su tímido acercamiento al rock, un rock que no se rompe, blando e inseguro, se diferencia en sonido e intención excesivamente del anterior. No hay unidad estilística de repertorio. Como buenos músicos, pueden tocar rock limpio y preciso, pero nunca logran cantarlo. "Déjalo, déjalo" interpretaron en un, tema, que luego repitieron, del mismo modo que cantaron "Mírala, mírala" ayudados de Aute en la fase final de su éxito en voces ajenas, La puerta de Alcalá. Esta versión, la original, más dura y espectacular de instrumentación. Suburbano dice estar 9ocos por la locura" y es grande la de exhibir dos músicos para despistar y no uno, concretamente la que ellos mejor conocen, la que ellos aún pueden aprovechar para encontrar la salida para hacia un público mayor.
Babelia
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