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LA CRISIS DE ASTURIAS / 1

El Principado del INI

La permanente dependencia asturiana del sector público cercena las posibilidades de desarrollo en la región

MARIO BANGO, La situación económica asturiana no es un secreto para nadie. Región en declive, muy dependiente del sector público, sometida al proceso de reconversión siderúrgico y naval, amenazada por las secuelas del ingreso en la Comunidad Económica Europea (CE), desequilibrada interiormente y con rasgos de una inoperancia privada que eviten el progresivo deteriore, que pueden considerarse preocupantes, pasa por un momento difícil.

Asturias es, sin, embargo, una región con abundantes recursos naturales y una inquebrantable capacidad de ahorro que no repercute en su nivel de inversiones, pero demasiado especializada en industrias básicas y extractivas que le reportan muy poco valor añadido bruto (VAB).

El Gobierno del Principado se ha esforzado en estos últimos años en buscar salidas y soluciones que reorienten este proceso. La creación de instrumentos y mecanismos para la ayuda. y la incentivación de los inversores ha dado hasta el momento resultados desiguales. Se ha conseguido la instalación de tres multinacionales (Corning Glass, Vesubius y Datotec), pero la mayor parte de nuevos polígonos industriales siguen vacíos.

"En Asturias no falta dinero ni posibilidades para invertir; faltan agallas", según un destacado miembro del Gobierno regional. La clase empresarial, escasa y amparada hasta ahora en las grandes sociedades públicas, es acusada con frecuencia de falta de ideas para dar vida a nuevas iniciativas. La descapitalización, la falta de capacidad gerencial y la ausencia de tecnología punta, salvo en casos muy notorios, son causas añadidas que impiden un desarrollo regional equilibrado.

Oscura situación

La inexistencia de datos macroeconómicos fiables, a pesar del esfuerzo de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI) por mantener al día las cifras y las variables más importantes de la coyuntura regional, son otro aspecto nada despreciable de la oscura situación regional. No hay baremos para medir la exactitud de la grave crisis, aunque se presiente por datos parciales y por las conclusiones que se extraen del análisis de los parámetros nacionales.

En el terreno de las ideas, la evolución económica asturiana sí ha sido interpretada. Pedro de Silva, socialista, presidente de la comunidad autónoma, en su libro Asturias, realidad y proyecto, publicado unos pocos meses antes de acceder al cargo, en 1983, diagnostica la situación: "La creciente especialización económica, la progresiva publificación, la profundidad de los desequilibrios y la persistente decadencia constituyen cuatro rasgos que caracterizan el proceso de nuestra región". Pedro de Silva piensa ahora que "el análisis de entonces era sustancialmente correcto, aunque cualquier ejercicio de esta naturaleza, aplicado a una realidad tan compleja como la asturiana, puede resultar reduccionista. La cuestión es: ¿hemos empezado a modificar estos rasgos? Mi opinión es que sí, pero obviamente se trata de una opinión interesada. Lo cierto es que el dinamismo económico más significativo se está produciendo hoy en sentido diversificador, básicamente en pequeñas empresas privadas y en otras de mayor dimensión, de capital extranjero, con tecnología y productos nuevos".

Para Pedro de Silva, "en las estructuras profundas de la economía se han sentado ya -las bases de nuestra modernización, pero pasará mucho tiempo hasta que este hecho sea percibido y reconocido por la sociedad, asturiana, porque las actitudes colectivas tienen siempre una larga inercia".

El escritor y comunicólogo asturiano Juan Cueto sustenta una teoría diferente sobre de dónde procede la crisis asturiana. Para Cueto y otros pensadores de la región, no es un problema coyuntural ni reciente. En un libro escrito en 1976, Orígenes y postrimerías, que por mil avatares aún no ha sido editado, Cueto expone su opinión: "Si existe una constante en toda la historia de Asturias, ( ... ) es la del aislamiento, que reviste no pocas variantes, pero que siempre ha de ser tomado como factor decisivo". Este hecho, junto "al conflicto permanente entre los intereses y los derechos del pueblo y los de las clases privilegiadas, que sólo han querido calcular la rentabilidad de Asturias en función de sus propios intereses, siempre coincidentes con los de la ideología dominante", lo que, con el paso del tiempo, termina así: "Los enormes beneficios conseguidos en la época de la autarquía por la importancia del carbón y el acero asturianos en ningún momento tuvieron un objetivo regional". Para Cueto el declive "es agudo y acelerado" y sobrepasa los límites de la economía.

El catedrático José Luis García Delgado, en la introducción del libro La economía asturiana ante la autonomía regional, insiste en el criterio de Juan Cueto. Para García Delgado, "esa dejación de funciones y responsabilidades históricas de toda una clase [la empresarial] contribuye a explicar no sólo la abrumadora presencia actual de la empresa pública en la economía asturiana, sino también, y muy fundamentalmente, el hecho de que la actuación del sector público en Asturia -de un sector público que no se ha caracterizado precisamente ni por su eficacia productiva ni por sus avances sociales haya sido en ocasiones realizada a espaldas de los intereses regionales".

Un mercado distorsionado

Los empresarios asturiano! cargan con una parte importante de las críticas por el estancamiento y declive regionales. José Menéndez Prado- presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), reconoce que "Ensidesa y Hunosa han distorsionado el mercado. El empresario de aquí no ha buscado nuevos mundos porque tenía al cliente a la puerta de casa. Aquello fue un privilegio que hemos pagado". El presidente de Alianza Popular y senador por designación de la comunidad autónoma, Isidro Fernández Rozada, insiste en la misma tesitura: "El empresario asturiano ha vivido confiado en el sector público. La Administración tenía que haber advertido a los empresarios que vivían de Ensidesa y Hunosa para que buscasen nuevos mercados. No estaban preparados para la crisis porque sus ventas no eran problemas de calidad y ahora sí".

Los partidos y las organizaciones de izquierda son mucho más críticos con el papel jugado por los empresarios en Asturias. Sólo unos pocos, siempre los mismos, se salvan del aluvión de críticas. Son aquellos que encabezan empresas que se han tecnificado, que compiten en mercados extranjeros, que han diversificado su producción. Son una reducida elite de un empresariado que se debate entre su propia descapitalización y la desaparición del maná de la empresa pública-nodriza.

Asturias ha pasado de hallarse entre las primeras provincias por su renta per cápita a ocupar lugares más discretos -quinta en los años cincuenta, decimoquinta en los ochenta-, núentras que, según un índice 100 de la CE sobre la disparidad del producto interior bruto por habitante, Asturias- estaría un poco por encima de la media española -63 puntos sobre 59-, pero muy alejada de las regiones europeas industriales y desarrolladas.

En la producción neta por empleo el Principado ocupa el lugar 25º entre las 50 provincias españolas, según una clasificación facilitada por el Anuario de EL PAIS.

Ésta es una región con una tasa de paro ligeramente por debajo de la nacional y con un nivel de renta igualmente un poco inferior a la media española, que es del 20% sobre la población activa. El desempleo se estimaba por el Instituto Nacional de Empleo (Inem) al 31 de mayo pasado en 74.455 personas, el 18% de la población activa, que es de 415.000 ciudadanos para una población de 1.153.794 habitantes. Pero lo más significativo del paro es que un 40% aproximadamente lo constituye jóvenes sin primer empleo, mientras que la media nacional es de casi el 30%, es decir, 10 puntos menos.

"En Asturias no se genera empleo, eso queda demostrado con la altísima tasa, muy superior a la nacional, de jóvenes que no encuentran aquí trabajo", según Emilio Huerta, Tpiqui, secretario regional de Comisiones Obreras (CC OO). El saldo migratorio es desfavorable para la región, lo que confirma la necesidad de emigrar para encontrar un trabajo que no se da en Asturias. La ciudad más azotada por el paro y la crisis es Gijón, cuyo nivel de desempleo alcanza el 30% de la población activa.

Desequilibrio interno

La última fecha de la que se tienen datos sobre la producción bruta es del año 1983. Entonces era de 655.906 millones de pesetas, según datos del Banco de Bilbao. De esa cifra, la agricultura y la pesca representaban el 5,16%; la industria, el 45,28%, y los servicios, el 49,56%. El retroceso industrial no deja lugar a dudas: en 1973 representaba el 55% de la producción. El sector público emplea directamente a un 40% de. los trabajadores industriales.

No hay que olvidar el profundo desequilibrio interno del Principado. Mientras que la zona central, que se apoya en el mar sobre Avilés y Gijón, pivota sobre Oviedo y se extiende hacia las cuencas hulleras del Nalón y Caudal, dispone de las mejores rentas, aunque ha sufrido con mayor intensidad la crisis industrial, el resto de la región, y muy especialmente los extremos (más el fronterizo con Galicia), son zonas deprimidas.

Las comunicaciones han sido un factor de aislamiento que se ha resuelto aceptablemente con la autopista del Huerna, que comunica con la meseta, pero ahora se desea una vía de ferrocarril de vía ancha que enlace por el Cantábrico a Asturias y Galicia con Irún, e incluso con el Mediterráneo a través de Cantabria.

Esta información se ha elaborado con datos procedentes de las fuentes que a continuación se relacionan:

- Programa de desarrollo regional (PDR) (Oviedo, 1985).

- Aportaciones a una alternativa de progreso para Asturias. CC OO (Oviedo, 1985).

- Datos y cifras de la economía asturiana, 1984 (SADEI, editado por la Caja de Ahorros de Asturias).

- Coyuntura regional de Asturias. Primer trimestre 1986 (SADEI, editado por el Principado de Asturias).

- Asturias en cifras, 1984 (Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Oviedo).

- Invertir en Asturias (Servicio de Publicaciones del Principado).

- Asturias, realidad y proyecto, Pedro de Silva (Gijón, 1982. Ediciones Noega).

- Anuario de EL PAIS, 1986.

- Revista El Campo, del Banco de Bilbao.

- Incidencia del proceso de adhesión de España a la CEE sobre los principales sectores de la acavidad económica asturiana. Documento-resumen. Coordinador, Álvaro Cuervo García (Ediciones del Principado).

- Plan de actuación integralpara las cuencas mineras (Ediciones del Principado).

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