El Gobierno mantiene la oferta de reinserción para miembros de ETA y rechaza toda negociación

El Gobierno mantiene su oferta de reinserción para los miembros de la organización terrorista ETA Militar sin delitos de sangre, en los términos expresados en agosto de 1984 por el ministro del Interior, José Barrionuevo, según fuentes autorizadas del Ejecutivo. Responsables del Gobierno han manifestado a EL PAÍS que su estrategia para poner fin al terrorismo etarra no ha registrado variaciones sustantivas y se basa en los tres conocidos puntos de política de reinserción, cooperación internacional e intensificación de la acción policial.

La política de reinserción se basa en la oferta realizada por el ministro del Interior el 22 de agosto de 1984, en la que manifiestó su disposición favorable a entrevistarse con el máximo dirigente etarra Txomin Iturbe, con el fin de que los terroristas entregasen las armas y se procediera a la disolución de su organización.El Gobierno, por otra parte, no contempla ninguna iniciativa nueva que pueda estar al margen de la Constitución y excluye expresamente cualquier planteamiento que pudiera enmascarar una negociación política con la organización terrorista.

Para los responsables del Ejecutivo, la solución al problema está enmarcada en los términos aprobados por unanimidad del Parlamento vasco en su declaración de marzo de 1985. Los ejes básicos de aquella manifestación de la Cámara autonómica son el rechazo del principio de la negociación política con ETA, la afirmación de la conveniencia de una negociación entre las fuerzas políticas representativas de la pluralidad de opciones existentes en Euskadi y la propuesta de mantener, y aun ensanchar, la polítíca de reinserción social de los activistas dispuestos a dejar las armas.

A lo largo de este mes de agosto ha trascendido a la Prensa la existencia de dos redes de contactos con el dirigente etarra Txormin Iturbe Abasolo, que fue expulsado a Gabón por las autoridades francesas. El Gobierno ha negado categóricamente que mantuviera ningún tipo de negociación con el dirigente etarra, mientras que el PNV ha re conocido su papel de intermediario en la segunda vía de contactos, y su máximo dirigente, Xabier Arzalluz, dijo en el periódico Deia que ETA quería negociar, y Madrid, no.

Fuentes autorizadas del Gobierno han declinado, por el momento, desvelar detalles concretos de las gestiones efectuadas por el Gobierno vasco en este asunto, pero han afirmado que las propuestas de ETA Militar trasladadas a Madrid resultaban inaceptables.

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