Ocho años de historia azarosa

Los ocho años de la historia crítica del Ballet Nacional reflejan una vida que no ha llegado a cuajar. Estas son las fechas:

1978: Bajo la Dirección de Teatro y Espectáculos se crea el Ballet Nacional Español, nombrando a Antonio Gades director artístico.

1980: Antonio Ruiz, Antonio, asume la dirección del conjunto.

Víctor Ullate es nombrado director del Ballet Nacional Clásico.

1983: El director general de Música y Teatro nombra a María de Avila directora de las dos compañías, unificándolas en el Ballet Nacional de España. Esta agrupación tendrá dos sectores independientes: español y clásico.

1985: Durante las representaciones en los Veranos de la Villa, en el Cuartel del Conde Duque de Madrid, aparecen las primeras octavillas donde se pide la dimisión de María de Ávila de su puesto de directora del Ballet Nacional Clásico.

A lo largo de los ensayos para la temporada de diciembre se suceden los conflictos entre la dirección y los bailarines. La temporada es estrenada con éxito en el teatro de la Zarzuela.

1986: En los meses de febrero y marzo, el Ballet Nacional Clásico hace una importante gira por diversas ciudades de la República Federal de Alemania. Al final, en la última representación, unos chicos ocupan en escena el lugar de sus compañeras durante la presentación del ballet Serenade, siendo asumido este hecho de manera muy distinta por empresarios contratantes, público, dirección de la compañía y bailarines.

A finales de la primavera, en el teatro Monumental de Madrid, durante una gala y en presencia de Juan Barranco, alcalde Madrid, y de varios altos cargos del Ministerio de Cultura, es desplegada una pancarta manuscrita que dice: María de Ávila, traición a la danza. La paternidad de este hecho es atribuida sucesivamente a varios miembros de la compañía, sin que se formalicen acusaciones sobre nadie en particular.

A los pocos días del incidente del Monumental son notificados 11 bailarines de que se les ha incoado expediente disciplinario colectivo por los hechos ocurridos en Alemania.

Los bailarines del sector clásico inician una serie de contactos con el Instituto Nacional de Artes Escénicas, de la Música en los que no se llega a ningún acuerdo, emitiendo un largo comunicado de prensa donde relatan su versión de todos los hechos desde la llegada de María de Ávila a la dirección.

Terminadas las funciones programadas para el verano, son expulsados del Ballet Nacional de España José Miguel Bau (miembro del comité de empresa), José Aramburu y Germán Cabrera. La Asociación de Profesionales de la Danza, puesta en marcha el pasado mes de junio, emite un comunicado de protesta por estas expulsiones, donde manifiestan su apoyo incondicional a los sancionados.