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Barcos canadienses rescatan a 152 tamiles abandonados frente a las costas de Terranova

Un total de 152 tamiles procedentes de Sri Lanka (antigua Ceilán), que fueron abandonados en el mar en dos botes salvavidas por un barco no identificado, llegaron ayer a Saint John's, en Terranova, tras haber sido rescatados por tres pesqueros canadienses. Los tamiles representan una minoría étnica en Sri Lanka (2,5 millones de un total de 15) y desde hace varios años viven en un enfrentamiento constante con la mayoría cingalesa por la que se ven marginados.En principio, los rescatados podrán permanecer en Canadá, según se desprende de las declaraciones de Robert Greenslade, portavoz de la oficina canadiense de inmigración. Greenslade aseguró que Canadá no expulsa a los ciudadanos de países donde se originan refugiados políticos. No obstante, para permanecer en ese país los 152 tamiles deberán solicitar estatuto político.

Según declaró el portavoz del guardacostas de Saint John's, hasta que llegaron a dicha localidad los pesqueros no pudieron recabar ninguna información sobre la procedencia de los rescatados, debido a los problemas de idioma.

De acuerdo con uno de los rescatados cada uno de los integrantes del grupo pagó unos 3.000 dólares (unas 400.000 pesetas) a una agencia india para ser llevado a Canadá o EE UU. La tripulación del barco que los transportaba -cuya nacionalidad se cree que era coreana o china- los abandonó a una decena de kilómetros de la costa, donde permanecieron a la deriva durante cinco días. Este dato ha sido no obstante puesto en duda por el inspector Jack Lavers de la policía montada canadiense. "Sería un tanto extraño que hubieran podido permanecer secos tras permanecer cinco días entre la niebla y bajo la lluvia", declaró Lavers.

Gus Dalton, capitán de uno de los pesqueros que rescató a los huidos, afirmó que su tripulación "no podía creer lo que veía" ante la aparición de los botes. "Estaban tan abarrotados que no se podía ver más que cabezas", dijo, y añadió que en el grupo había niños, mujeres y ancianos. Según este relato, los refugiados, desnutridos y sedientos, manifestaron inmediatamente su alegría al verse descubiertos. "Todos hablaban a la vez, pero yo no entendía nada excepto palabras sueltas como Canadá y Sri Lanka", añadió.

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