La reducción de los coeficientes de control monetario de banco y de ahorro, aplazada hasta finales del verano

El Ministerio de Economía y el Banco de España han decidido esperar hasta finales del verano para volver a estudiar la posible modificación a la baja de los coeficientes de control monetario o de caja que tienen que cubrir las instituciones financieras y que, hace unos meses, se consideró que podía tener lugar, al menos en una primera fase, en julio o agosto.Los bancos y cajas de ahorro, que apostaron por la reducción de los coeficientes, tendrán que adaptar su política inmediata a la falta de decisiones administrativas. Los depósitos en bancos y cajas de ahorro crecieron en el pasado mes de julio en casi 300.000 millones de pesetas, según los datos hechos públicos por el Banco de España.

La reducción del coeficiente de control monetario (que se tiene que cubrir con pagarés del Tesoro) o de caja (que se cumple con depósitos de las instituciones financieras en el Banco de España) se contemplaba por el fuerte crecimiento de los pagarés del Tesoro en manos del público durante los primeros meses del año y que indujo a pensar que se podía reducir la parte de bancos y cajas. No obstante, en los dos últimos meses se ha producido un movimiento en sentido inverso, ya que los inversores privados han dejado de renovar buena parte de los pagarés que tenían en su poder y que vencían en junio, julio y lo que va transcurrido de agosto.

Los bancos y cajas de ahorro, ante los anuncios de posibles reducciones de los coeficientes y debido a la baja de los tipos de interés de estos títulos, decidieron ir eliminando de sus carteras los excedentes de pagarés, sustituyéndolos por otras emisiones del Estado a medio y largo plazo, como bonos y obligaciones, que ofrecían una mayor rentabilidad.

La unión de estos dos movimientos ha provocado importantes crecimientos de los depósitos de clientes en bancos y cajas de ahorro y cierta preocupación sobre el futuro de una parte importante de los pagarés del Tesoro que se amortizan durante el verano. Ello ha obligado a no llevar a cabo la anunciada reducción de los coeficientes, a la espera de lo que ocurra en las siguientes subastas y en las nuevas emisiones de bonos del Estado, la primera de las cuales llevará fecha de 1 de octubre, aunque su precio e importe se decidirá en las primeras semanas de septiembre.

El aumento de los depósitos en bancos y cajas ha sido similar al descenso del volumen de pagarés del Tesoro en manos en público. Los bancos y cajas, al aumentar su pasivo computable, tienen que tener en sus carteras un volumen mayor de pagarés del Tesoro, pero al mantener una posición excedentaria sobre los mínimos exigibles, ello no se traduce todavía en adquisiciones de nuevos títulos y, en cualquier caso, nunca equivaldrá a la cifra en que dismínuyan los que están en manos del público.

Esperar la subasta

La oferta de dinero para adquisición de pagarés en la subasta de esta semana, cuando vencen unos 300.000 millones de pesetas, y la que pueda haber en la siguiente, que se celebrará dentro de 15 días, marcará la tónica sobre la posible evolución de los coeficientes.Si los inversores privados mantienen su posición de renovar sólo una pequeña parte del volumen que vence -en la actualidad lo vienen haciendo en torno al 25%-, la reducción de los coeficientes no será posible por motivos de control monetario e incluso se podría proceder a elevaciones de los mismos, aunque fuera con carácter temporal. Esto último se contempla por ahora como una simple especulación, pero podría llegar a tomar cuerpo.

Si ocurre lo contrario, es decir, si los inversores vuelven a renovar en proporciones cercanas al 70% de los vencimientos, es posible que a finales de septiembre o principios de octubre el Ministerio de Economía apruebe una reducción, menor de la pensada inicialmente en mayo en todo caso, del coeficiente de control monetario o del de caja para liberar recursos que puedan destinarse a financiar la inversión del sector privado.

La recuperación del control monetario en julio y las cifras provisionales de los primeros días de agosto ayudarían a esta posible reducción, pero sólo como apoyo, a los objetivos monetarios y al cumplimiento de las necesidades de financiación del déficit público.