El retorno de un cantante
Hilario Camacho.Hilario Camacho es un cantante que aparece y desaparece del panorama musical con regularidad de metrónomo, lo que afecta con la misma regularidad a su carrera, pues la vuelta de cada paréntesis le lleva a tener que partir casi de cero. Pero se trata también de uno de los mejores cantantes y autores de canciones del país y, como tal, cuenta con merecido prestigio y con el suficiente número de adeptos como para que cada nuevo trabajo sea esperado con interés.Aprovechando la buena programación veraniega del auditorio de Cabestreros, el cantante madrileño ha presentado su nuevo álbum Gran ciudad, con el que rompe un silencio discográfico de aproximadamente tres años. De Hilario Camacho se puede esperar siempre lo mejor porque casi siempre lo da. En esta ocasión no podía ser menos, y con un grupo, totalmente nuevo ofreció sus nuevas y viejas canciones.
Auditorio de Cabestreros
Madrid, viernes 8 de agosto.
Con iTaxi! y Volar es para pájaros inició la actuación, mostrando, desde el principio que estaba dispuesto a no dejarse pisar ni una nota. Algún pequeño problema de sonido pudo haber ensombrecido la noche, pero la entrega del cantante y del grupo superaron todos los obstáculos.
En estos tiempos en que tanto se habla de cantautores urbanos no está de más recordar el papel pionero que ha jugado Camacho en este tipo de música. Desde su primer disco, temas y formas urbanas están presentes en sus canciones, aunque no sea el suyo un trabajo de retrato de la ciudad, sino de interiorización de vivencias y ambientes desde su subjetividad.
Especialmente inspirado en los temas de tiempo medio, que abundaron en el recital y que Hilario Camacho domina como nadie, la actuación fue discurriendo entre una inteligente mezcla de los temas recientes, desconocidos por el público, y algunas de sus canciones más conocidas, coreadas por los asistentes con la sobriedad y la interiorización que precisan. Dolores, Cuerpo de ola, Final de viaje y una excelente versión con toques caribeños de Sólo tú fueron los temas más aplaudidos y, sirvieron para apoyar las nuevas canciones, en las que continúa insistiendo en su mundo personal de amores y desamores, de agobiantes sombras nocturnas de la ciudad y esperanzados amaneceres en los que el sueño y la realidad se mezclan.
Noche tras noche, una hermosa balada, Las estrellas del rock, canción entre cínica y estremecedora dedicada a la efimera vida de los rockeros de pro marcan los dos extremos musicales de sus últimas composiciones. Canciones de lujo para una vuelta largamente esperada y felizmente resuelta.
Babelia
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