Moscú e Israel
LE MONDE Un deseo de racionalización inspira, sin duda, la política de Gorbachov hacia el mundo exterior. Paralelarnente a meritorios esfuerzos para que por fin se pueda anudar un diálogo sobre la reducción de armamentos con los nortearnericanos, mientras se dibujan ciertos progresos en los contactos con China, se confirman los indicios de un nuevo acercamiento diplomático con Israel.El asunto no es nuevo y data de la época posterior a la muerte de Breznev durante la cual en Moscú se deseaba admitir, privada si no públicamente, que la ruptura total de las relaciones diplomáticas con el Estado hebreo en 1967 había sido un error. La Unión Soviética se había privado así de un medio de acción e información esencial en toda la región de Oriente Próximo, en donde sus intereses no han dejado de incrementarse.
Sin embargo el problema planteado está lejos de ser simple. En primer lugar sobre el plano de los principios: la Unión Soviética rehúsa, oficialmente al menos, intercambiar embajadores con Israel en tanto que éste último rechace someterse a las resoluciones de la ONU que le ordenan evacuar los territorios árabes ocupados.( ... )
Segunda dificultad de talla: la suerte de los judíos soviéticos candidatos a la emigración. Han circulado toda clase de rumores respecto a ello, especialmente en París, en donde la ayuda a una vasta operación de traslado parece, muy probablemente, haber sido estudiada. ( ... )
Al reconciliarse con Israel la URSS tiene como principal objetivo cumplir una de las condiciones propuestas -por el Gobierno de Jerusalén especialmente para su participación en una conferencia internacional sobre Oriente Próximo.
7 de agosto
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