La tolerancia de Thatcher con Suráfrica pone a Howe al borde de la dimisión
El desacuerdo existente en el serio del Gobierno del Reino Unido ante las resistencias de la prirriera ministra, Margaret Thatcher, al aplicar sanciones contra el régimen segregacionista de Suráfrica hizo ayer que surgieran rumores sobre la dimisión del secretario del Foreign Office, Geoffrey Howe, aunque el propio Howe calificó estos rumores de "imaginarios". Howe se debate ahora en una incómoda posición, pues por una parte tiene que deferider la postura de la Europa de los doce, partidaria de una cierta dureza ante Pretoria, y por otro ha de avalar a un Gobierno que no quiere: castigar al régimen de Pieter Botha.Oficialmente Thatcher recibió el apoyo unánime" del Gabinete a su política con respecto al régimen de Pretoria, si bien el Gobierno expresó su "consternación" ante la "descortesía" demostrada por el presidente surafricano, Botha, en sus entrevistas con Howe. No obstante, algunos ministros de la dama de hierro manifestaron en privado su convencimiento de que se debe sancionar a Pretoria. Uno de los más destacados partidarios de esta postura es precisamente Howe, que ya al concluir su misión en Suráfrica dijo que consideraba inévitables. las represalias.
En el comunicado oficial difundido al término de la reunión del Consejo de Ministros de ayer se decía que el Reino Unido no está "negociando las sanciones" y que "es prematuro decir qué tipo de nuevas medidas se están considerando". La ambigüedad de este texto desató las especulaciones en Londres, donde, en un día marcado por el confusionismo y los rumores encontrados, fuentes políticas afirmaban que fínalmente Londres podría aceptar la aplicación de sanciones menos graves contra Pretoria.
Lo que el Reino Unido está esperando para adoptar tal posición es que EE UU y Japón se sumeria las sanciones con que ya ha amenazado la Comunidad Europea a Pretoria si de aquí a septiembre no da muestras inequívocas de estar dispuesta a acabar con el segregacionismo.
El Comité de Exteriores del Senado norteamericano, que ayerpensaba aprobar sanciones casi simbólicas contra Suráfrica, teridrá que esperar a la próxima semana para adoptar decisiones en firme, pues ayer todo el esfuerzo de los republicanos se dedicó a derrotar las exigencias demócratas de mayor dureza.
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