Don Juan Carlos apela a todos los españoles para erradicar el terrorismo
El rey Juan Carlos hizo, ayer un "solemne llamamiento" a todos los españoles para que aúnen esfuerzos en la tarea de erradicar el terrorismo, "esa plaga que pretende atentar criminalmente contra la libertad y la democracia", según, dijo en el discurso pronunciado ante las Cortes Generales con el que se dio por inaugurada la tercera legislatura. El discurso del Monarca estuvo plagado de llamadas al diálogo entre todas las fuerzas políticas y exhortó a trabajar con "ilusión" para la solución de los problemas de España. Este llamamiento de ánimo renovado coincidió con el efectuado por el presidente del Congreso, Félix Pons, que alertó a los parlamentarios del peligro de caer en la "autocomplacencia" y perder la "tensión crítica".
La solemne sesión de apertura de la tercera legislatura comenzó a las doce en punto de la mañana, cuando los reyes Juan Carlos y Sofía entraron en el hemiciclo, siendo recibidos en pie por el Gobierno en pleno, diputados y senadores. Los únicos miembros de la familia real presentes en este acto, además de los Reyes, fueron las infantas Elena y Cristina. El príncipe Felipe se encuentra en viaje oficial en Canadá.El rey Juan Carlos, introdujo en su discurso una contundente condena hacia el terrorismo. "Tengo que expresar la más enérgica condena a la violencia terrorista, que, al ensangrentar las tierras de nuestra patria, nos llena de dolor e indignación y conturba la paz tan necesaria para nuestro progreso", dijo el Rey.
"Apelo a todos los españoles y hago un solemne llaniarnientó al esfuerzo común para erradicar esa plaga que pretende atentar criminalmente contra la libertad y la democracia", concluyó el Monarca este capítulo.
Antes, don Juan Carlos había instido en el nuevo reto que supone para la política española la integración plena de nuestro país en Europa.
El Rey, vestido con el traje de gala de capitán general, apeló al buen sentido de los parlamentarios en la elaboración de las leyes y al deseo de que éstas sean resultado de un diálogo previo. "Tengo la certeza de que elaboraréis leyes que nazcan del diálogo, la comprensión mutua y el intercambio de criterios realistas". Don Juan Carlos animó al cumplimiento y desarrollo de la Consititución.
"Esta legislatura debe avanzar incansablemente en la realización plena de la Constitución, con coraje y decisión, hasta alcanzar en realidad sus objetivos de justicia, prosperidad y libertad, sin que estos conceptos queden reducidos a palabras que se conviertan en tópicos". Para el Rey, legislar significa "impedir que el miedo, la fatiga o la inhibición se impongan sobre los deseos de colaboración y el impulso de convivencia de los ciudadanos". El discurso del Mo narca provocó un prolongado aplauso de todos los presentes que obligó al Rey a saludar en dos ocasiones.
Las más altas personalidades de la nación ocuparon las tribunas de invitados, junto a representantes del cuerpo diplomático y de las religiones católica, musulmana y judía.
Gregorio -Peces-Barba, titular de la Cámara baja hasta el pasado 15 de junio, en que se constituyó el nuevo Congreso, escuchó con atención el discurso de su sucesor, Félix Pons. Junto a Peces-Barba se encontraba Landelino Lavilla, presidente del Congreso con Unión de Centro Democrático, y Cecilio Valverde, titular de la Cámara alta en la época de Gobiernos centristas.
El presidente del Congreso, Félix Pons, resaltó la "normalidad" como característica de esta tercera legislatura. "La legislatura que hoy abrimos solemnemente es el fruto de la más acabada normafidad democrática y constitucional".
Relevo sin traumas
Recordó Pons los "perfiles" de las anteriores. "A lo largo de estos años hemos vivido la emoción de la primera legislatura constitucional; el sistema ha demostrado su capacidad para que la deseable alternancia política significara un relevo sin traumas ni fricciones y nuestra organización constitucional ha evidenciado su aptitud para alumbrar mayorías estables y sólidas y para recoger la aspiración de continuidad cuando ésta se ha expresado", enjuició el presidente de la Cámara baja.
A continuación alertó sobre el peligro de que la normalidad condujera a la apatía. "Hay que evitar que la normalidad democrática sea sinónimo de rutina y, desde luego, es al Parlamento, a los grupos políticos que lo integran y a los órganos de gobierno de las cámaras, al que más directamente incunibe la responsabilidad de proyectar autenticidad sobre la vida de nuestro país".
La sesión concluyó en algo menos de 25 minutos, con más brevedad que en anteriores actos solemnes. En esta ocasión se excluyó del pirograma el saludo de los Reyes en los salones del Congreso a todos los asistentes al acto.
Los más de 500 asistentes al mismo se trasladaron fuera del Congreso, donde tuvo lugar una parada militar presidida por el rey Juan Carlos.
Seis ausencias notables
Todos los diputados y senadores y las autoridades invitadas al acto debían ocupar los sitios a ellos asignados 20 minutos antes de que comenzara la sesión y los Reyes hicieran acto de presencia en el hemiciclo, según las normas de protocolo establecidas por el Congreso. Todos los ojos estaban puestos en la tribuna destinada a los presidentes de las comunidades autónomas. Eran casi las doce de la mañana y persistían las ausencias notables. El presidente del Gobierno vasco, José Antonio Ardanza, finalmente no llegó.Posteriormente, se supo que el lendakari había expresado sus disculpas a la Zarzuela y al Cóngreso ante la imposibilidad de llegar al acto. Ardanza viajó ayqr al Reino Unido para acompañar a su hijo, que comenzaba en ese país un curso de lengua inglesa.
El presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, fue otro de los ausentes por encontrarse en viaje oficial a la capital portuguesa. Además de Ardanza y Leguina, cuatro presidentes de ejecutivos autónomos tampoco asistieron a este acto: José Rodríguez de la Borbolla (Andalucía), Santiago Marraco (Aragón), José Bono (Castilla-La Mancha) y Carlos Collado (Murcia).
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Jordi Pujol, llegó muy pronto al palacio de la carrera de San Jerónimo, al igual que el de la Xurita de Galicia, Gerardo Femández Albor, con quien hizo varios apartes a lo largo del acto.
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