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Reportaje:

El entramado militar de la capital

Defensa y el Ayunamiento acuerdan reducir el número de instalaciones castrenses en el casco urbano de Madrid

Madrid puede ser calificada de ciudad militar. Su condición de capital del Estado y su localización como centro de España y principal nudo de comunicaciones del país y, el hecho de que los tres primeros gerentes de urbanismo de la ciudad fueran militares motiva que en la ciudad se aglomere todo tipo de dependencias operativas, centros administrativos, centros de mando, academias y escuelas, sin olvidar los cuarteles generales de los ejércitos, Capitanía General, el Gobierno Militar, el Centro Superior de Estudios de la Defensa y el propio ministerio.

La congestión de edificios de uso militar en el casco urbano de Madrid y ciudades de la periferia comienza a resultar incómoda tanto para los ayuntamientos como para los propios militares. Fruto de esta coincidencia de intereses son los convenios firmados con Defensa por los ayuntamientos de Madrid, Getafe y Móstoles, que han supuesto la recuperación para las ciudades de instalaciones militares a cambio de la cesión de otros terrenos alejados de los cascos urbanos y de facilidades para edificar viviendas en las que albergar a los numerosos profesionales de la milicia con destino en Madrid. Actualmente se trabaja en convenios similares referidos a las instalaciones de Leganés y 'Torrejón de Ardoz.La relación de las dependencias militares sería casi interminable. Las instalaciones se encuentran dispuestas en dos anillos prácticamente paralelos: el primero, situado en lo que antes era el extrarradio y hoy casco urbano de la capital (cuarteles de la carretera de Extremadura, Villaverde, Vicálvaro, Canillejas y Fuencarral), y el segundo, localizado en los pueblos del área metropolitana (Boadilla del Monte, Pozuelo de Alarcón, Móstoles, Leganés, Getafe, Torrejón de Ardoz, Alcalá. de Henares, San Sebastián de los Reyes y Colmenar Viejo, por citar los más importantes).

Junto a los grandes cuarteles operativos y centros de mando se disemina por toda la. provincia, y en particular en la capital, una constelación de instalaciones administrativas de menor entidad, poco conocidas por la opinión pública, desde la Jefatura Regional de Veterinaria hasta la estación de seguimiento de satélites de Piñuécar o la Escuela de Cabos de Guadarrama. Todo ello hace que la presencia militar en Madrid, y, por tanto, la relación con las autoridades civiles, fundamentalmente en temas de urbanismo, sea constante.

Eje de la Castellana

Según un informe elaborado por el Ministerio de Defensa, Madrid es, junto con Zaragoza, Murcia y Cádiz, la provincia que ofrece un mayor porcentaje de suelo construido, es decir, de número y superficie de edificios. Madrid es también, junto con Sevilla, Córdoba y Cádiz, y sólo superada por Zaragoza y Albacete, la provincia con mayor masa de suelo del Estado afecto a la defensa nacional.En su término municipal existen instalaciones militares que ocupan grandes superficies de suelo. Destaca el eje del paseo y carretera de Extremadura, donde, además del aeródromo de Cuatro Vientos, se encuentran la Agrupación de Intendencia número 1, Capitanía General, la Brigada Mecanizada XI, el Regimiento de Artillería número 71, la Escuela de Caballería, el Servicio Geográfico del Ejército -donde se celebró el juicio contra los golpistas del 23-F-, el Regimiento de Infantería Mecanizada Wad-Ras, el. Regimiento Mixto de Ingenieros, la Escuela de Ingenieros, la zona deportiva del Ejército del Aire, el enorme complejo deportivo militar La Dehesa y varias colonias de viviendas de militares.

Toda la zona está atravesada incluso por un ferrocarril de uso estrictamente militar. Puede afirmarse que la margen derecha de la carretera de Extremadura a partir de Campamento ha quedado condicionada, en cuanto a su crecimiento urbanístico, por la presencia de las instalaciones militares.

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La presencia militar no es menor en el resto del término municipal, aunque esté más dispersa por el casco urbano: al margen de los terrenos ocupados por la División Acorazada Brunete en El Pardo hay que reseñar los grandes acuartelamientos del Regimiento de Artillería de Campaña número 11, en Vicálvaro; el Parque Central de Automovilismo, en Villaverde; el Regimiento de Automovilismo, en Canillejas; el Cuartel de Infantería de Marina, al final de Arturo Soria; el Almacén Central de Intendencia, en la avenida de la Ciudad de Barcelona, y el Parque Central de Sanidad Militar, en Carabanchel, por citar algunos de los más importantes.

Pagadurías

Destaca también la concentración de edificios y superficies de uso militar alineados en el eje paseo del Prado -Cibeles- Recoletos -Castellana, empezando por la Agrupación de Encuadramiento del paseo de María Cristina, cerca de Atocha; los cuarteles generales de la Armada y del Ejército, bordeando la plaza de la Cibeles; la Escuela Superior del Ejército, en Recoletos, y los edificios del CESID y del propio Ministerio de Defensa, a lo largo de la Castellana.Siguiendo por el norte, en la carretera de Colmenar Viejo, encontraríamos las extensas instalaciones de los cuarteles del Goloso sede de la Brigada Acorazada XII y Regimiento de Infantería Mecanizado Asturias. Son de señalar también el complejo del Cuartel General del Aire, en la Moncloa, y el Gobierno Militar, en la calle Mayor, sin mencionar las academias, cuarteles e instalaciones de mando de la Guardia Civil.

En Madrid capital existen 14 escuelas y academias militares: la ya citada Escuela Superior del Ejército, la de Mandos Superiores, la de Estado Mayor, la Politécnica del Ejército, la de Estudios Jurídicos, la de Automovilismo, la de Artillería, la de Ingenieros, la de Sanidad, la de Damas de Sanidad, la de Farmacia, la de Veterinaria, la Especial Militar y el Instituto Poli técnico. Sería laborioso relacionar las numerosas dependencias de todo tipo, grandes hospitales, farmacias, servicios religiosos castrenses, mutilados, bandas de música, pagadurías, etcétera, que tienen su sede en la capital.

Suelo para ocio

Tanto militar destinado en Madrid ha motivado que en la ciudad se concentren también numerosas colonias de viviendas habitadas por ellos, algunas de las cuales están pegadas a los cuarteles, como las de Cuatro Vientos o Vicálvaro, y tienen su propia fisonomía -chalecitos de una planta con arcos de entrada y jardín- que las distinguen inmediatamente de las viviendas de sus barrios respectivos.Otras están más mimetizadas con el resto del tejido urbano, como en los casos del edificio de las verduras -obra del arquitecto vanguardista Fernando Higueras- en la plaza de San Bernardo, así conocido por la profusión de enredaderas que cuelgan de los balcones, o la serie de edificios que bordea el Manzanares, y que provienen en gran parte de aquella fabulosa operación especulativa montada en torno a la canalización del río, encabezada por el estadio del Atlético de Madrid.

Hoy los cuarteles han quedado subsumidos y rodeados por edificios de viviendas, y eso da lugar a situaciones un poco absurdas, como la protagonizada por aquel soldado, de guardia en la garita del cuartel de Canillejas, que pide a los vecinos que no aparquen el coche junto al bordillo porque es zona militar. Los cuarteles han perdido movilidad, y, por tanto, la operatividad necesaria para los movimientos de tropas.

A su vez, los militares tienen graves problemas para facilitar vivienda a los miles de oficiales, y jefe que están destinados en Madrid. Se da el caso de que los militares tienen cubiertas bastante safisfactoriamente sus necesidades de sanidad, alimentación y vestimenta, pero sus sueldos no son demasiado altos para el nivel de vida que exige una ciudad como Madrid, y el dinero les llega malamente a la hora de alquilar un piso.

Paradójicamente, los encargados de negociar con el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid el traslado de los cuarteles fuera de los cascos urbanos son dos antiguos gerentes municipales de Urbanismo: Juan Valverde, al frente de la Gerencia de Infraestructura de la Defensa, y Valentín Barriga, director general del mismo organismo.

Los alcaldes de Madrid nombrados personalmente por un militar, Francisco Franco, nombraron a su vez a dedo a otros tres militares como los tres primeros gerentes de Urbanismo que tuvo Madrid: los dos ya citados y el predecesor de ambos, el coronel Martos.

Fruto de esa coincidencia de intereses es la apertura de negociaciones entre el Ayuntamiento de Madrid presidido por Enrique Tierno y la Junta Central de Acuartelamiento, En junio de 1981 se firmó un convenio por el que el Ayuntamiento obtenía el conjunto de edificios de la plaza de la Remonta, en Tetuán; los terrenos y las naves de almacenes de la avenida de la Albufera, conocidos como los docks, que ya están desalojándose, y una amplia parcela adyacente al cuartel de Artillería de Vicálvaro.

Los terrenos y edificios cedidos por Defensa se acondicionarán para equipamientos colectivos (en Vicálvaro ha comenzado ya la construcción de un gran centro social, cultural y sanitario; la nueva configuración civil de la plaza de la Remonta está prácticamente terminada, y una de la naves de la avenida de la Albufera, de estilo neomudéjar -"muy bonita", al decir del gerente de Urbanismo, Enrique Bardají-, albergará otro gran centro deportivo y social).

Defensa obtuvo suelo en los polígonos 14 y 20 de la avenida de la Paz, a la altura de Costa Rica y Corazón de María, respectivamente, para edificar unas 120 viviendas. Asimismo los militares han obtenido suelo urbanizable en Hortaleza, donde ya están en fase de ejecución una serie de edificios para la Armada, y en Canillejas, para el Ejército del Aire. Al mismo tiempo, Defensa accedió a rebajar buena parte de la edificabilidad que tenía concedida de años anteriores en una parcela de la calle de la Princesa, frente a El Corte Inglés.

Pioneros del canje

"Las negociaciones no llegaron a resultados concretos en el caso del resto del cuartel de Vicálvaro, el de Villaverde y el complejo militar a lo largo del paseo de Extremadura", añadió Enrique Bardají, "no tanto por una absoluta disparidad de criterios, sino porque se valoró la tremenda dificultad que supondría el traslado de esas grandes instalaciones.El marco temporal del actual Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, de ocho años, es insuficiente para acometer una remodelación urbanística de esa magnitud, sin contar con el coste económico de la operación, que sería muy elevado".

"Lo que está claro", añade el gerente de Urbanismo, "es que el Ayuntamiento está interesado en conseguir esos objetivos, y que lo más sensato y beneficioso para todos es que los militares se trasladen a otro lugar. Es un tema sobre el que habrá que volver más adelante. En absoluto ha quedado cancelado. El convenio de 1981 ha sido un primer paso importante, que además ha marcado la pauta de este tipo de negociaciones", concluye el responsable de la planificación urbana, Enrique Bardají. "En la gerencia recibimos con cierta frecuencia consultas de otros ayuntamientos que tienen planteados problemas parecidos. Hemos sido los pioneros".

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