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EL TERCER GABINETE SOCIALISTA

"Voy a presionar a Solchaga y Chaves desde el primer día para incrementar los presupuestos de Sanidad"

La firme voluntad de pelear desde el primer día dentro del Gobierno para conseguir aumentar las dotaciones presupuestarias destinadas a Sanidad, el compromiso de terminar con las listas de espera en los hospitales y de mejorar sustancialmente la atención primaria en ambulatorios y la oferta clara de diálogo y colaboración con los médicos basada en la prioridad de los intereses generales sobre cualesquiera otros constituyen los primeros objetivos de gestión expuestos por Julián García Vargas, ministro de Sanidad y Consumo, apenas 24 horas después de haber conocido su designación como titular del citado departamento.Julián García Vargas, que hasta el miércoles no tenía ni idea de que iba a ser ministro y a quien hasta la mañana del viernes no se le confirmó como titular de Sanidad y Consumo, ha vivido probablemente las horas más vertiginosas de su existencia. Con las maletas hechas para llevar a su mujer, Araceli, a Santander, donde tenía previsto pasar las vacaciones, le dicen que va a ser ministro. Abrumado por la responsabilidad que se le viene encima, se pasa la tarde del viernes reunido con su predecesor, Ernest Lluch, y su equipo, enterándose de los muchos y complejos problemas que le aguardan en el ministerio, y por la noche, como única celebración del nombramiento, se va con su mujer al cine. A la vuelta, los policías que acaban de asignarle para proteger su domicilio, le informan, por si fueran pocas las emociones del día, que tiene completamente inundada la. casa por una tormenta, que ha caído un rayo en la Raya del Palancar y que falta la luz eléctrica en muchas zonas y no funcionan los teléfonos. Hasta cerca de las tres de la madrugada estuvo sacando agua y secando suelos el matrimonio García Vargas.

El nuevo ministro, que profesionalmente, es economista, técnico de la Administración Civil del Estado e inspector financiero y tributario, desempeñaba desde 1982 la presidencia del Instituto de Crédito Oficial (ICO). "Lo primero que pasó por mi mente cuando me dijeron que iba a ser ministro de Sanidad y Consumo", confiesa apenas unas horas después de haber jurado el cargo, "es la enorme responsabilidad que se me venía encima. Éste es un ministerio muy complicado y tengo la sensación de que en el cambio pierdo la seguridad que tenía hasta ahora de trabajar en un campo profesional que conocía bien, el económico-financiero, y que renuncio a la comodidad que me daba el tener bien encauzadas las actividades del ICO. No tenía ni idea de que iba a ser nombrado ministro y hasta el miércoles pensaba que permanecería un año y medio o dos años más en la presidencia del ICO para terminar la reforma que había emprendido: aprobación de la ley del Crédito Oficial, prevista para finales de este año; dar el último impulso a la modernización de la banca oficial y a su introducción competitiva en el mercado financiero, y supresión total de la financiación del Tesoro para 1987".

"Mi nombramiento como ministro me va a suponer además per der tranquilidad y horas para dedicar a mi familia y a la lectura", agrega García Vargas, "pero estoy convencido de que la gestión de este departamento, con ser difícil, va a resultar apasionante. Trata del bien más preciado para el ser humano: la salud. Si se logra mejorar algo en este campo, aunque sea poco, habrá merecido la pena. Y yo estoy dispuesto a que se consiga el máximo posible".

Pelear por los presupuestos

Y, para ello, no duda en anunciar en sus primeras declaraciones como ministro de Sanidad y Consumo que va a presionar al máximo y desde el primer día a sus compañeros del Gobierno: "Muy especialmente, a los ministros de Economía y Hacienda y Trabajo y Seguridad Social, para que sean incrementados los recursos presupuestarios destinados a mi departamento".García Vargas entiende que su gestión de la sanidad "debe partir de la constatación de que existe un déficit de servicios asistenciales y, una demanda de los mismos que es infinita. La salud es un bien tan precioso y el ser humano estar frágil que siempre se generan demandas nuevas. Si cubrimos la asistencia psiquiátrica, la sociedad generará nuevas y adicionales demandas de servicio s de salud. Y es lógico que así sea". Pero junto a la infinitud de la demanda asistencial, agrega el nuevo ministro, hay que ser consciente de la limitación de los recursos financieros para cubrirla en un país como el nuestro, de dimensión económica media, y con problemas muy serios y necesidades muy perentorias en otros terrenos como el de las pensiones o el subsidio de desempleo, que son los grandes competidores de la sanidad a la hora de exigir dotaciones del Estado. El nuevo ministro cree, no obstante, que hay que recuperar, al menos, la proporción que tenían en 1983 los gastos sanitarios sobre el producto interior bruto de la economía española, que han caído fuertemente en los últimos ejercicios, además de incrementar al máximo la productividad y eficacia de las pesetas que dedica el Estado a la salud.

Piensa que hay que establecer un listado razonable de prioridades: "Lo primero que me propongo es suprimir las listas de espera en los hospitales, continuando el esfuerzo realizado por Ernest Lluch, que ha conseguido reducir a la mitad el período de espera durante su mandato. Quiero mejorar también sustancialmente la atención que se dispensa actualmente en los ambulatorios y en la red primaria de sanidad y tengo especial. interés en seguir impulsando y llevar adelante el Plan Nacional contra la Droga. La droga pienso que es uno de los mayores problemas de la sociedad actualmente y de cara al futuro, ya que incide muy especialmente sobre la juventud".

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Oferta de diálogo

Interrogado sobre sus futuras relaciones con los médicos, tras los enfrentamientos pasados entre la organización colegial y su antecesor, García Vargas se muestra esperanzado: "No he tenido todavía mucho tiempo para pensar en ellas pero creo que la actitud de los colegios de médicos en los Últimos meses está siendo más flexible y realista. Estoy dispuesto a mantener con ellos unas buenas relaciones, con el mejor talante para colaborar en la mejora de la sanidad y en la solución de los problemas, pero siempre desde la convicción de que los intereses de los pacientes y los intereses generales, dada la limitación de recursos, deben de primar sobre cuales quiera otros y no se va a hacer dejación de los mismos. Estoy abierto al diálogo y creo que éste puede ser fructífero para todos .Julián García Vargas, que se inició en la política a finales de los sesenta en la Universidad, en el Colegio de Economistas y en los movimientos de funcionarios demócratas de aquellos años y que después formó parte junto con Ernest Lluch y Enrique Barón, entre otros, de la Federación de Partidos Socialistas y se integró en ella, restablecida la la democracia en España, en el Partido Socialista Obrero Español, cree que, pese al pragmatismo que impone la gestión concreta del día a día, "los grandes valores por los que se luchaba no se han perdido "."Pretendíamos entonces y defendemos hoy una sociedad española más moderna, más democrática, más equitativa, más culta y más tolerante. Lo que aportamos la generación de los sesenta a la política española es una cierta frescura, un cierto aire juvenil: tenemos ilusión, somos menos cínicos y creemos más en la posibilidad de cambiar las cosas lenta y tenazmente. Hemos preservado el componente moral y el componente utópico definido en el largo plazo. También hemos aportado un poco de calvinismo, de moral del trabajo".

El ministro de Sanidad y Consumo defiende la gestión de su predecesor en el cargo, compañero de militancias políticas y amigo: "Yo creo que el equipo de Ernest Lluch ha hecho una buena labor y lo digo sinceramente, aunque también creo que han tenido poca fortuna al explicarla. Yo mismo desconocía hasta ayer muchas cosas importantes que se han hecho en este ministerio".

"El hecho de que el presidente del Gobierno haya optado de nuevo por un economista para el Ministerio de Sanidad y Consumo", explica García Vargas, "responde a la necesidad de atender una ingente demanda de salud con unos recursos escasos. Pero el equipo del ministerio es multidiscipilinar (hay médicos, economistas, sociólogos ... ) y pienso acrecentar esta tendencia. Hoy en día, en todas las empresas humanas se pone de manifiesto la necesidad de contar con profesionales en distintas disciplinas y en medicina, en concreto, en los últimos años se están incorporando biólogos, químicos, informáticos y hasta ingenieros requeridos por la complejidad del diseño y manejo de instrumentos de diagnóstico y análisis".

El nuevo ministro, que tiene dos hijos, de 10 años y quince meses, se declara hombre hogareño, amante del cine, la lectura y la música, jazz, clásica y ópera.

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