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FESTIVAL DE SALZBURGO

Von Karajan inaugura 'su' festival con 'Carmen'

El rey de los festivales de música comienza hoy: el de Salzburgo. Y lo hace con Carmen, de Bizet. Herbert von Karajan no es solamente una de las personas más famosas de Austria, sino también el monarca de este festival. La ciudad se doblega a sus gustos. Él decide en gran medida a quién se contrata, el repertorio y quién debe ser protegido. La ciudad vive parte de sus mayores éxitos y también de sus mayores amarguras: aquí, el pasado año, hubo de anunciar, antes de dirigir la Misa en sí menor, de Bach, que por primera vez no tenía más remedio que permanecer sentado durante el concierto.

La máxima expectación se produce cuando Karajan ocupa el podio, y por eso no ha vacilado en repetir la inauguración con Carmen, que, además de ser sólo un remozamiento de la producción original de los años sesenta, se ha escenificado ya, en la Pascua y el verano de 1985. A pesar de ello la televisión se encargará de difundir las imágenes de la obra de Bizet y su entorno: un ambiente caracterizado por la profusión de riqueza, estilo, dinastía. Salzburgo copa el turismo más caro. Las entradas alcanzan precios astronómicos, que desde las 25.000 pesetas en taquilla pueden subir a las 100.000 en el mercado negro de la bien organizada red de conserjes de hoteles. Hay quienes quieren garantizarse las localidades de un año para otro y se inscriben en una asociación ad hoc, pagando unas 30.000 pesetas anuales por sólo ese derecho. Todo se halla organizado en SaIzburgo.Pero hoy la fama de la ciudad proviene en gran parte de Mozart, nacido allí en 1756, en una casa que se conserva como museo. En 1842, Salzburgo le dedicó una estatua y más tarde fundó el Mozarteum, centro de perfeccionamiento musical para jóvenes de todo el mundo. En 1922 nacería el festival, idea de Ricardo Strauss y un par de amigos.

Cinco óperas, dos dramas sacros y cuatro profanos, 14 conciertos, 20 recitales vocales e instrumentales, cinco serenatas, seis matinés, ocho conciertos de cámara, conciertos en iglesias, recitación y así hasta más de 140 espectáculos componen el ambicioso programa.

Una novedad y una reposición

En ópera se presentan una novedad, Máscara negra de Penderecki, y una reposición, Las bodas de Figaro, además de Carmen (26, 30 de julio y 11, 14, 21 y 25 de agosto), el espectacular Capriccio (31 de julio, 3, 7, 13, 17, 24 y 29 de agosto) y La Flauta Mágica (28 de julio y 1, 5, 8, 12, 20, 26 y 28 de agosto). La primera (15, 18, 22 y 27 de agosto) será dirigida por Waldemar Nelsson -que este año se halla ausente de Bayreuth al haberse archivado su Buque Fantasma-, y la segunda (2, 6, 9, 16, 19, 23 y 30 de agosto) por James Levine.En coproducción con los teatros de la Scala de Milán y La Moneda de Bruselas y con coreografía de Béjart, se escenificará El martirio de San Sebastián, de Debussy (12, 13 y 15 de agosto), como único espectáculo de ballet del festival.

En el plano orquestal, junto a las filarmónicas de Berlín y Viena (dirigidas por Karajan, Muti, Maazel, Ledine, Ozawa y Abbado), alternarán la Orquesta de Cámara de Europa (con Menuhin y Abbado), la Orquesta de la ORF (Zagrosek, Zender y Hager) y la del Gewandhaus (Masur y Chailly), que naturalmente incluirán en sus giras otras ciudades centroeuropeas. Entre los recitales destacan los de los pianistas Gawrilow, Arrau, Eschenbach, Zimerman, Pollini y Ashkenazy y los vocales de Jessye Norman, James King, Cappuccilli, Araiza, Schreier, Ludwig von Stade, WeikI, Horne y Ficher-Dieskau.

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