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Los acreedores de Editorial Bruguera se constituyen en junta liquidadora

La comisión de acreedores de la empresa Editorial Bruguera decidió el pasado jueves convertirse en comisión liquidadora aceptando la inviabilidad de la empresa, así como la imposibilidad de encontrar algún socio comprador.Esta decisión fue comunicada ayer a los 775 trabajadores de la empresa Bruguera que constituyen la Sociedad Anónima Laboral Bruguera, por los dirigentes de la empresa. En una asamblea, los trabajadores aceptaron ir al cierre de la empresa, cierre que desean que se produzca de forma pactada con el Banco de Crédito Industrial (BCI). Los trabajadores habían desestimado anteriormente otra alternativa posible que era la de seguir con la empresa en forma cooperativa.

La tercera vía alternativa, la de que existiera un posible comprador, quedó asimismo desestimada el pasado martes tras una reunión de los dirigentes del BCI con el Grupo Zeta. Esta empresa había manifestado su interés para la compra de Bruguera pero no aceptó las condiciones que se les imponía para la realización de la operación. A la reunión asistió como intermediario el conseller de Trabajo de la Generalitat, Oriol Badía, quien el pasado miércoles informó a los trabajadores del fracaso de la gestión.

Entre los acreedores, convertidos ahora en junta liquidadora, el BCI -que avaló en su día a los trabajadores para que éstos aportaran su seguro de desempleo de una sola vez como capital para la creación de la Sociedad Anónima Laboral (SAL)- se convierte en el principal protagonista de la operación liquidadora. También el Fondo de Garantía Salarial forma parte de los acreedores y mantiene el embargo sobre diversos logotipos de la sociedad.

Los trabajadores perderán su carné de paro los ocho meses transcurridos en funcionamiento desde que se alcanzó la fórmula de creación de la SAL. En compensación cobrarán el aval establecido cautelarmente, para este supuesto, por el BCI.

Agotadas todas las vías

Los trabajadores aceptan ahora la vía de liquidación por considerar que se han agotado todas las posibilidades de seguir adelante. Sin embargo, un grupo reducido de ellos manifiesta su voluntad de mantener su puesto de trabajo a. toda costa. La mayoría de los 775 trabajadores que aceptaron ayer el cierre de Editorial Bruguera han mostrado un gran cansancio por, toda la situación por la que han. atravesado y su incapacidad de encontrar nuevas soluciones.En los últimos días, y a la espera de agotar las posibilidades de encontrar un socio para Bruguera, se había planteado la posibilidad de que el Fondo de Garantía Salarial pagara durante tres meses el subsidio de desempleo, que supone el 75% del salario mínimo interprofesional. Esta posibilidad, sin embargo, no llegó a concretarse ante la negativa del Grupo Zeta de optar a la compra. Con anterioridad, había rechazado una opción de compra el grupo editorial Anaya, que se integró con un representante en el consejo de administración formado hace ocho meses, cuando se creó la SAL.

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