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Felicidades al señor José María Ladero por sus profundas observaciones acerca de mi artículo sobre la obstrucción uretral de los gatos, comentado por él en Cartas al Director del 4 de julio.Comprendo que el tema, para algunas personas, sea causa de comentarios chuscos e incluso de un cierto morbo, aunque a los amantes de los animales una enfermedad de tan alto índice de mortalidad no les haga tanta gracia.

Lamento revolucionar hasta los cimientos todos los conocimientos anatómicos del señor Ladero, pero sabrá disculpar que en un artículo eminentemente divulgativo no sea descrita con detalle la compleja técnica que requiere la operación, y que no consiste en una "simple extirpación del pene", como aventura don José María. En cuanto a la aparición de la vagina, que tanto le asombra, las dos últimas palabras del artículo hablan de una "vagina artificial", bastante parecida -no igual, por supuesto- a la conseguida mediante la cirugía transexual en travestidos o personas que desean al menos externamente, cambiar su sexo.

Y hablando de cambio de sexo: la uretrostomia perineal precisa además, en gatos que no estuviesen ya castrados, la extirpación de ambos testículos.-