Los palestinos de Cisjordania, reacios a sustituir el liderazgo de Arafat por el de Hussein

El apego de la mayoría de los palestinos activos políticamente de Cisjordania y Jerusalén Este a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), a su principal brazo -Al Fatah- y a su líder, Yasir Arafat, es el principal obstáculo a los nuevos proyectos del rey Hussein para dichas zonas, ocupadas por Israel en 1967. Uno de los más notorios, Jamil Othan Nasser, alcalde de Jericó, depuesto por los israelíes hace tres años, calificó el cierre de las oficinas de Al Fatah en Jordania y la expulsión de Abbu Yihad como "una injerencia en los asuntos palestinos".

Hussein anima ahora a los palestinos llamados moderados a ocupar cargos en la administración civil israelí y su Gobierno ha emprendido un ambicioso plan de inversiones en Cisjordania. Ello es la consecuencia de la ruptura total de relaciones entre el monarca hachemí y Arafat, esperada desde que el pasado febrero se anunció el fin de la operación política emprendida por ambos un año atrás. El principal obstáculo a esa cooperación fue la negativa del líder de la OLP a aceptar expresamente la resolución 242 de la ONU, que reconoce el derecho a la existencia de Israel, pero no el del pueblo palestino a la autodeterminación. Como explica el periodista palestino Radawan Abu Ayash, "el cierre de los locales de la OLP en Jordania se veía venir desde que Hussein y el presidente sirio, Hafez Assad, aceleraron su reconciliación".Hussein, según los observadores políticos independientes de Oriente Próximo, está buscando la luz verde de los países árabes para negociar por separado con Israel el futuro de Cisjordania. Según la mayoría de los análisis, cuenta ya con la aprobación de Washington y espera que la del mundo árabe sea su premio si consigue el acercamiento entre Siria e Irak.

Todo en vano

Durante su reciente visita a EE UU, el soberano jordano declaró que busca "establecer un liderazgo político y administrativo en los territorios ocupados que pueda servir de interlocutor en una solución política". Esta declaración suponía la exclusión de la OLP como posible voz de los palestinos de Cisjordania y Jerusalén Este. Bassam Shakaa, alcalde de Nablus, depuesto por los israelíes en 1982, asegura que Hussein alienta ahora a palestinos próximos a sus posiciones para ocupar cargos en la administración civil establecida por Israel. "Eso significa que hemos luchado por nada en los últimos 19 años", dice. El cierre de las oficinas de Al Fatah en Jordania hace más difícil las comunicaciones entre los hombres de Arafat y los 1.250.000 palestinos que viven en los territorios ocupados.Israel siempre ha lamentado la ausencia de un interlocutor aceptable en los territorios que ocupa desde 1967. El laborista Simón Peres, actual primer ministro, es partidario de detener los asentamientos judíos en esas áreas e incluso de negociar su devolución, excepto Jerusalén Este y puntos considerados "militarmente estratégicos".

Otro factor arroja luz sobre la nueva política del rey Hussein. Se trata del anuncio de una próxima inversión por parte jordana de 140 millones de dólares en proyectos de desarrollo en Cisjordania, dentro de un plan coordinado con EE UU y países árabes moderados. Según el semanario Al Fajr, publicación palestina de Jerusalén, una de las localidades privilegiadas en el proyecto es Dura, cuyo alcalde, Abdul Fattah Dudeen, está considerado un colaboracionista pro israelí por la OLP.