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Diálogo sin proyecto

LE FIGAROEl Ejército Rojo redobla sus golpes contra la resistancia afgana; el general Jaruzelski, recibido el pasado invierno en el Elíseo, preside el congreso del restablecimiento de la situación en Polonia bajo el ojo vigilante de Gorbachov; a los SS-20 se han sumado los SS-21, los SS-22 y los SS-23.Pero está lejos la época en la que se consideraba Afganistán, Polonia o los SS-20 como algo que fuera a impedir los contactos franco-soviéticos. Después de tres años sin un encuentro en la cumbre, París y Moscú van ya por su tercera reunión en la cumbre en dos años. Ayer se dramatizaba en nombre de la firmeza el rechazo a todo contacto al más alto nivel, hoy se trivializa su repetición anual en nombre del diálogo.

Realmente no hay prisa por desbrozar el camino cuando uno se dirige a un callejón sin salida. (...) La firmeza sin diálogo ha dado pruebas de su impotencia; un diálogo sin un proyecto claramente definido corre el riesgo de demostrar su esterilidad, si no su nocividad.

Ahora bien, es necesario constatar que en este caso el proyecto que mejor se percibe no es el de Francia. Sin duda, el jefe del Estado cuenta con su visita para relanzar el comercio franco-soviético, el cual, verdaderamente, es muy necesario después de tres años de estancamiento y, para Francia, de déficit. Pero está claro que, para el Kremlin en todo caso, el encuentro tiene otras intenciones además de las bilaterales o las simplemente económicas.

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Esta reunión se inscribe en una estrategia que, para llevar a Washington a que acepte un armisticio ventajoso, se vale de explotar todos los fallos del campo contrario. Hacer como si se cortejara a Francia mientras que se denuncia la mala voluntad norteamericana y se mantiene a Bonn en cuarentena; invitar al presidente de la República hoy y mañana al primer ministro; multiplicar las proposiciones dirigidas a París en las que se mezclan lo serio y lo aparente: otros tantos medios de poner a prueba las alianzas de Francia, la unidad de su dirección. (...)

Nuestra diplomacia está lo suficientemente atenta ante estas trampas como para evitar caer en ellas. ¿Tienen nuestros dirigentes, en compensación, un proyecto y una estrategia que oponer a la de sus interlocutores soviéticos? Está permitido dudar de ello cuando se constatan las ambigüedades de la cohabitación, las disonancias que se perciben en las declaraciones oficiales, (...) la incertidumbre que lleva consigo la redefinición actualmente en curso de nuestro esfuerzo defensivo.

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