Una corrida de Kubrick
El clamor popular impulsaba a Espartaco al triunfo seguro. Está enrachado el diestro y sabe, porque lo tiene asumido, que todo cuanto haga tendrá que ser apoteósico y a ratos sublime, pero siempre él sabe agradar a todos. Ayer, la Monumental de Barcelona despertaba de un letargo de tres meses de vulgaridad novilleril.Tanta abstinencia quedaba olvidada cuando Espartaco, ante el quinto de la tarde, veroniqueaba abriendo el compás, embraguetándose y rematando las series con sendas largas que levantaban al público.
A José María Manzanares se le protestó por cojo a su primero; más tarde cambiaron los públicos improperios por halagos y el premio de la oreja ratificaba su bello toreo de muleta.
Toros de Sepúlveda / Manzanares, Espartaco y Camino
Seis toros de Sepúlveda. Terciados los tres primeros, correctos el resto. Mansos y nobles. J. M. Manzanares, pitos y una oreja. Espartaco, una oreja y dos orejas. Rafael Camino, división y aplausos. Plaza Monumental de Barcelona, 6 de julio.
Babelia
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