'Las hilanderas' y su proceso de restauración, en una exposición del Prado

El Museo del Prado expone desde el pasado miércoles el cuadro de Velázquez Las hilanderas, en una sala especial donde el lienzo está rodeado de una detallada documentación que muestra cómo se realizó su restauración. El público podrá ver Las hilanderas, sólo para esta muestra, que durará hasta mediados de septiembre, sin los añadidos que se hicieron probablemente en el siglo XVIII y que, por tanto, no fueron obra de Velázquez.Para entender en profundidad el proceso de restauración de Las hilanderas, el Prado ha montado la muestra con paneles explicativos, fotografías infrarrojas, radiografías del cuadro y muchos de los detalles más, significativos del proceso. Los trabajos de restauración del lienzo se realizaron bajo las recomendaciones del Comité Internacional de Vigilancia, elegido en 1983 en un simposio que reunió a especialistas de todo el mundo para hablar de ésta y, otras obras de Velázquez. Las restauradoras del Museo del Prado, Rocío y Maite Dávila fueron las que realizaron el trabajo, que comenzó en octubre de 1984 y finalizó a finales del verano del pasado año.

El cuadro fue pintado por Velázquez hacia 1656, aunque se desconoce la fecha exacta. La restauración permitió confirmar que los añadidos fueron posteriores a Velázquez y, de hecho, la limpieza dejó al descubierto una mayor diferencia entre los colores y pinceladas de Velázquez que los que presentan los añadidos. El estilo neoclásica de las bóvedas añadidas, en discordancia con el ambiente reflejado por Velázquez, hace pensar que datan del siglo XVIII, época en la cual era práctica habitual recortar o ampliar cuadros para acoplarlos al lugar elegido.

Velázquez reprodujo en Las hilanderas, como si fuera un tapiz, el cuadro de Rubens El rapto de Europa. "Era", según opinión de Manuela Mena, subdirectora del Museo del Prado, "un homenaje que Velázquez quiso ofrecerle". Por tal motivo, la exposición inaugurada la pasada semana incluye el lienzo de Tiziano El rapto de Europa, un ejercicio realizado por el pintor italiano sobre el cuadro de Rubens y que, según Manuela Mena, pintó Tiziano seguramente por indicación del propio Velázquez.