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Jaruzelski 'regala' una amnistía a los presos políticos

El jefe del Estado polaco, Wojciech Jaruzelski, anunció ayer que se halla en estudio la próxima aplicación de una amnistía para los presos políticos, dado el restablecimiento del orden y la estabilidad en el país y una vez cerrado el proceso de normalización política abierto con la imposición de la ley marcial el 13 de diciembre de 1981. En la apertura del X Congreso del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP), y en presencia del máximo dirigente soviético, Mijail Gorbachov, el general Jaruzelski manifestó ayer en Varsovia que "se abre un nuevo período en la construcción del socialismo en Polonia".

En un discurso de cuatro horas, el jefe del Estado hizo un balance de las experiencias traumáticas que sufrió Polonia desde el pasado congreso, celebrado en plena crisis en julio de 1981 con un partido totalmente desarbolado y el país al borde de la guerra civil.En su tono habitual, exento de triunfalismo, Jaruzelski pudo presentar toda una serie de objetivos cumplidos, si bien enumeró también los graves problemas que acosan aún al país, especialmente en el terreno económico. En su informe se muestra el alivio de la dirección del régimen por haber quedado superada la existencia del sindicato clandestino Solidaridad, hoy descabezado y margiriado en la sociedad, tal como indicó Jaruzelski. Al mismo tiempo, el partido ha logrado, -si bien no alcanza índices de militancia corno los habidos antes de la crisis- frenar la desbandada de miembros y, gracias a los órganos del Estado, recuperar su papel dirigente.

Gorbachov, un secreto

La presencia de Gorbachov en Polonia era esperada en Occidente, aunque la opinión pública polaca no fue informada hasta su llegad.a en la víspera del congreso. Jaruzelski, que en 1981 era abiertamente criticado aún por la dirección soviética, ha conseguido imponer la normalización política que la URSS considera imprescindible en su frontera occidental.El general logró esta normalízación haciendo recaer todas las consecuencias internas y externas de la implantación de la ley marcial en su propio régimen. Nadie duda en Varsovia que la Unión Soviética le está por ello agradecida y que con este último gesto de la asistencia de Gorbachov al congreso la figura de Jaruzelski está firinemente consolidada a la cabeza,del partido polaco. Jaruzelski anunció la amnistía señalando que "la situación actual del país se caracteriza por el entendimiento, la consolidacíón del orden social y la creciente desconiposición y el aíslarniento de grupos antiestatales". "Esto crea", dijo, "condiciones para suavizar las medidas legales adoptadas contra aquellos que cometieron ciertos delitos. El comité central considera que puede darse una oportunidad más para volver a la vida normal a los autores de determinados delitos contra los intereses del Estado. Por supuesto, se les exigirá el acatamiento del orden constitucional". Respecto a los dirigentes de la oposición clandestina, Jaruzelski dijo que éstos no son "alinas dolorosas ni cándidos fascinados por la democracia pura, sino políticos agentes que sirven a los que les inspiran y apoyan".

Respecto a las siempre problemáticas relaciones entre la Iglesia y el Estado polaco, Jaruzelski expresó su respeto hacia la Iglesia católica, de la que es miembro el 90% de la población polaca, pero advirtió: "Exigiremos que se respete la Constitución", en referencia a algunos de los conflictos más importantes, como el de la educación religiosa en las escuelas. También atacó al "clericalismo antisocialista articulado por algunos sacerdotes". En el informe de Jaruzelski destaca también la constatación de "malas relaciones con Estados Unidos". Mientras con varios países de Europa occidenta las relaciones de Polonia han mejorado considerablemente en los últimos dos años, el régimen de Varsovia insiste en que la actitud de la Administración norte americana ha hecho imposible la normalización en las relaciones bilaterales.

En la víspera del congreso, un alto miembro del Ministerio del Interior polaco aseguró que su Gobierno tiene pruebas de que en EEUU existen campos de en trenamiento para la subversión organizada en Polonia. El jefe del Estado afirmó que gran parte de la exorbitada deuda exterior polaca de 31.000 millones de dólares (4,4 billones de pesetas) se debe a la política de sanciones auspiciada por EEUU.

El jefe del Estado puso especial énfasis en la voluntad polaca de mayor integración en el bloque socialista. Resaltó que precisamente las restricciones impuestas a Polonia por los países occidentales han reforzado la reorientación de la economía polaca hacia los países del Consejo de Ayuda Mutua Económica.

Sorprendió en el discurso de Jaruzelski el llamamiento a la próxima celebración de una conférencia mundial de partidos comunistas sobre la paz [la última conferencia de este tipo se desarrolló en 1969 en Moscú]. El líder polaco dijo: "Con independencia de las diferencias en estrategia y táctica y en las vías por las que caminamos, los comunistas debemos estar unidos en las cuiestiones de más importancia".

Ésta es la primera vez que Jaruzelski se manifiesta abiertamente a favor de una conferencia internacional de partidos comunistas, que, según observadores, la Unión Soviética no ha querido convocar en los últimos años por temor a que, dadas las divisiones existentes en el movimiento comunista internacional, pudiera resultar contraproducente.

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