Las fuerzas políticas italianas consideran necesario evitar las elecciones anticipadas

El presidente de la República Italiana, Francesco Cossiga, iniciará mañana las consultas para solucionar la crisis de Gobierno que se abrió en la tarde del viernes, cuando el primer ministro, el socialista Bettino Craxi, presentó la dimisión de su Ejecutivo. Mientras reina la incertidumbre sobre el tipo de salida que tendrá la crisis, todas las fuerzas políticas están de acuerdo en que hay que evitar elecciones anticipadas, así como abolir el doble voto parlamentario para un mismo decreto, a mano alzada primero y secreto después.

([Este sistema de voto es el que provocó la decisión de dimisión de Craxi el pasado viernes tras la derrota sufrida por la coalición gubernamental el día anterior en el Parlamento, que rechazó la ley de Financiación Local gracias al voto contrario de 70 diputados de la mayoría.])Los primeros en desfilar por el palacio del Quirinal -antigua residencia veraniega de los papas y ahora palacio presidencial- serán, como ya es costumbre, los ex jefes de Estado. En la actualidad son tres, el socialdemócrata Giuseppe Saragat, el democristiano Giovanni Leone y el socialista Sandro Pertini. Seguirán los presidentes de las dos cámaras parlamentarias, el democristiano Amintore Fanfani y la comunista Nilde Jotti.

Los secretarios de los partidos políticos tendrán que esperar hasta el martes para ser consultados por el presidente de la República. El primero será el secretario del minúsculo Sud Tiroler Volkspartei, partido nacionalista de la zona fronteriza con Austria. El último será el secretario de la Democracia Cristiana, el partido de mayoría relativa que ha estado presente en todos los Gobiernos italianos desde el final de la II Guerra Mundial.

Posibles soluciones

Las posibilidades de solución a la crisis que se barajaban ayer en los mentideros políticos parecían limitarse a dos. Una de ellas sería la formación de un Gobierno puente, encargado de sacar adelante las cuestiones de rutina durante el verano, el cual daría paso en otoño, después de que las vacaciones hubieran calmado los ánimos de los protagonistas políticos, a un Ejecutivo estable, aunque la estabilidad es un término muy relativo en la política italiana. Otra posibilidad que se apunta consistiría en solucionar la crisis no con un cambio de Gobierno, sino con un reajuste ministerial. La Democracia Cristiana parece favorable, pero con una condición, la de que se acepte el principio de alternancia en la presidencia del Gobierno, presidencia que dicho partido reclama para sí cuando haya sido aprobada la ley de Presupuestos del Estado.Todos los partidos concuerdan en que es necesario evitar elecciones anticipadas, y los cinco que formaban la coalición de gobierno (democristianos, socialistas, republicanos, socialdemócratas y liberales) siguen considerando válida la forma de pentapartido. Sin embargo, para los comunistas, condenados a permanecer en la oposición, a pesar de ser el segundo partido del país, la fórmula es improponible.