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Duro ataque de Grass a Vargas Llosa en la clausura del congreso del Pen Club

El 49º Congreso del Pen Club Internacional concluyó ayer en Hamburgo con una dura respuesta del escritor alemán occidental Günter Grass al novelista peruano Mario Vargas Llosa, continuando una polémica que estos dos escritores mantienen desde el pasado congreso de escritores, celebrado en Nueva York. "Vargas Llosa sigue propagando mentiras como hace ya desde un tiempo a esta parte", manifestó Günter Grass, respondiendo a un nuevo ataque de Vargas Llosa, ausente del congreso, que acusa al escritor alemán occidental de connivencia con dictaduras de izquierdas en Latinoamérica.

En la conferencia de prensa tras la clausura del congreso, que durante cinco días ha reunido en Hamburgo a 420 escritores de 62 países, el responsable de organización, Gerd Hoffmann, aseguró que Vargas Llosa había sido repetidamente invitado y que se le había pedido encarecidamente que asistiera al congreso de Hamburgo. El escritor peruano accedió en un principio, pero tres días antes de la inauguración comunicó a los organizadores del Pen Club de la República Federal de Alemania (RFA) que no podría asistir por estar enfermo. Vargas Llosa no pudo ser localizado anoche por encontrarse en un avión hacia Europa desde Lima.Günther Grass, uno de los principales animadores de este congreso, en el que defendió el compromiso social y político de los escritores, recordó que "Vargas Llosa todavía no ha sido capaz de disculparse ante Gabriel García Márquez por su tremendo ataque al acusarle en Nueva York a éste de ser un cortesano de Fidel Castro". "También ha asegurado que los intelectuales latinoamericanos de haber una elección entre dictadura y democracia, se pronunciarían por la dictadura". Grass recordó que gran número de escritores latinoamericanos tuvieron que exiliarse de dictaduras en sus países respectivos. "Soy y he sido muchas veces muy crítico con Cuba, pero Vargas Llosa no se quiere dar por enterado".

En un intento por frenar esta polémica, el presidente del Pen Club Internacional, Francis King, lamentó que Vargas Llosa no hubiera acudido y pidió a ambos escritores que pusieran fin a la polémica. "Conviene evitar una escalada, y por eso creo que debiera imponerse un silencio".

Günther Grass, molesto, insistió en que Vargas Llosa debía disculparse ante Gabriel García Márquez, tampoco presente en Hamburgo. El francés Alexander Blokh aseguró que si bien compartía la opinión de Grass de que la frase del discurso de Vargas Llosa en Nueva York era "del todo incorrecta", no debían sacarse frases de su contexto, y se ñaló que el propio autor peruano había reconocido que ésta había sido excesivamente dura. El 49º congreso del Pen Club Internacional concluyó ayer en Hamburgo con un llamamiento al diálogo entre los escritores y un recuerdo a todos los autores presos, exiliados, confinados forzosamente o torturados. Tras cinco días de sesiones, algunas de las cuales no estuvieron exentas de tensión debido a constantes enfreniamientos entre escritores de las dos Alemanias, concluyó el congreso que bajo el lema La historia reflejada en la literatura contemporánea, estuvo dominada por controversias políticas.

Compromiso

Como ya sucedió en el anterior congreso del Pen Club Internacional en Nueva York, las diferentes concepciones del compromiso social, político y ético de la literatura provocaron debates que marginaron otros aspectos.Si en Nueva York la tensión se produjo entre algunos autores norteamericanos y representantes de la literatura europea, en Hamburgo han sido los escritores de las dos Alemanias los polemistas protagonistas de la controversia. La actitud de algunos escritores de Alemania Oriental que elogiaron el sistema comunista en su país provocó una dura réplica de autores occidentales como Günther Grass, Yaak Karsnke y otros que, como Wolf Biermann, tuvieron que emigrar de la República Democrática Alemana (RDA) por motivos políticos.

El escritor ruso exiliado en la RFA Dew Kopelew manifestó ayer que estaba satisfecho con el desarrolo del encuentro de escritores. Según Kopelew el debate habido en el congreso no era más que en apariencia una querella interalemana que en primer lugar afecta a toda Europa, pero por extensión a todo el mundo.

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