El Ejército peruano extermina a los presos amotinados en tres penales
Infantes de la Marina peruana peinaron ayer las ruinas del Pabellón Azul del penal El Frontón, sito en una pequeña isla del Pacífico, después de que varios cientos de presos, presuntamente pertenecientes al grupo terrorista Sendero Luminoso, murieran en ésta y en otras dos prisiones de Lima, al ser reprimidos sendos motines por las fuerzas armadas, que sufrieron la baja de tres oficiales. Los abogados de los internos cifran en más de 300 los presos muertos en los enfrentamientos, en los que se utilizaron buques de guerra, helicópteros y misiles antitanque para romper las defensas de hormigón fabricadas por los presos. Los reclusos, que se amotinaron en vísperas del congreso de la Internacional Socialista (IS), inaugurado ayer en Lima, fueron materialmente exterminados.
El ministro de la Guerra, general Jorge Flores, atribuyó al presidente Alan García -que atraviesa su primera gran crisis política desde su llegada al poder, hace 11 meses- la decisión de sofocar los motines, informa desde la capital peruana nuestro enviado especial, Antonio Caño. Las medidas represivas han sido respaldadas por todas las fuerzas políticas. Los senderistas gozaban en estas tres prisiones de todo tipo de facilidades, hasta el punto de que se habían constituido en verdaderos centros de entrenamiento y planificación de acciones terroristas, según múltiples testimonios recogidos en Lima. La isla de El Frontón estaba horadada por múltiples cuevas y galerías artificiales.Medidas de seguridad extremas rodean a los líderes socialistas que se han atrevido a acudir a la cita limeña. Entre las ausencias decididas a última hora destacan las de los jefes de Gobierno de Italia, Bettino Craxi, y de Noruega, Gro Harlem Brundtland. Una joven resultó ayer despedazada al hacer explotar una bomba que supuestamente iba a lanzar contra la sede del congreso de la IS.
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