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El cese del ministro de Cultura y la lectura del plan quinquenal abren las sesiones del Soviet Supremo

Pilar Bonet

El relevo del ministro de Cultura de la Unión Soviética, Piotr Demichev, mediante su ascenso al puesto ceremonial de primer vicepresidente del Presidium del Soviet Supremo, en sustitución del veterano Vasili Kuznetzov, de 85 años, fue el cambio personal de mayor envergadura anunciado ayer en la sesión inaugural del Soviet Supremo (Parlamento formal integrado por dos cámaras y un total de 1-500 diputados en la que también se leyó el proyecto de plan quinquenal 1986-1990. El cese de Demichev, de 68 años, como ministro de Cultura había sido pronosticado hace tiempo, pero en una atmósfera de señales contradictorias.

Considerado como un represen tante de la línea brezneviana y poco propenso al cambio, su sustitución había ido perdiendo importancia progresivamente a medida que se producían otros relevos y a la vista del mayor protagonismo adquirido por el aparato del Comité Central del Partido Comunista de la URSS (PCUS) en el terreno cultural. El titular del departamento de Cultura del Comité Central, Vasili Shauro, que estaba en su puesto desde 1966, fue sustituido tras el 27º congreso del partido por Yuri Boronov, antiguo redactor jefe del diario Komsomols Kaia Pravda en tiempos de Nikita Jruschov. La política cultural se encuen tra hoy claramente en manos del departamento de Propaganda, que lleva el secretario del Comité Central, Alexander YakovIev, y depende en última instancia del responsable de ideología y número dos del partido, Igor Ligachov. Medios soviéticos opinan que la actitud de YakovIev en materia cultural es más sofisticada y compleja que la de Ligachov. Entre los últimos actos públicos organizados por el Ministerio de Cultura bajo la dirección de Demichev, titular desde 1974, está una gran exposición del pintor Ilia Glazunov, conocido por sus tendencias rusófilas, quien se hizo famoso por sus retratos de la elite política, entre ellos el del mismo Leonid Breznev.

Demichev, que apoyó la des estalinización en la época de Nikita Jruschov, estuvo involucrado en la operación de destierro del escritor Alexander Soljenitsin y causó dificultades al director de teatro, ahora exiliado, Yuri Liubimov, quien le atacó duramente. El nombre del sucesor de Demichev como ministro de Cultura no ha sido dado a conocer.

En el campo cultural existen en la actualidad signos de un tímido movimiento, que se reflejan en los diferentes congresos de asociaciones profesionales, con siderados como un barómetro de la situación. La semana próxima se celebra el Congreso de los Escritores Soviéticos, en el que podría reestructurarse: la dirección de la asociación profesional, la Unión de Escritores, actualmente dirigida por Georgi Markov. En el Congreso de los Cineastas, celebrado recientemente, toda la antigua dirección encabezada por Lev Kulitzhanov fue reemplazada por un nuevo equipo que, según fuentes soviéticas, no era el equipo de recambio propuesto por la dirección política central. Ligachov, que estaba presente en el congreso, dio, al parecer, su visto bueno a nuevas candidaturas fuera de programa, que culminaron con la elección del cineasta Elem YIimoy (director de Agonía y Vengan y vean) como director de la Unión de Cineastas.

Vasili Kuznetzov, que pasa a la jubilación tras ser sustituido por Demichev, había perdido su puesto de miembro suplente del Politburó el pasado marzo. Hombre de larga carrera política, había estudiado en Detroit (EE UU) en los años treinta y era considerado como uno de los diplomáticos soviéticos más hábiles y con mayor experiencia de la posguerra.

En la sesión de ayer, el jefe del Gobierno, Nikolai Rizhkov, leyé, en presencia del secretario general del PCUS, Mijail Gorbachov, el proyecto de plan quinquenal 19861990, que se inscribe en las líneas de desarrollo económico aprobadas anteriormente por el Congreso del partido.

Cambios en la inversión Rizhkov hizo hincapié en la necesidad de un cambio de criterios en la política de inversión de capital, que se centrará en gran medida en la reconstrucción y modernización de las empresas, existentes. Gorbachov había dicho en el último pleno del Comíté Central que en el pasado se cometieron "serios errores de cálculo" en la política de inversión. Los fondos para la reconstrucción y modernización de empresas aumentarán un 70% en el quinquenio y supondrán más de un 50%. de las inversiones industriales de capital.

Para 1990, cinco millones de personas deberán haber sustituido el trabajo manual que realizan ahora por uno mecanizado, según los planes. El sistema de turnos se extenderá en las ramas punta de la producción, especialmente en las empresas de construcción de maquinaria, considerado un sector prioritario. Faltan aún por elaborar los incentivos materiales para estimular la productividad.

La industria pesada tendrá prioridad y continuará siendo "la base de nuestra potencia económica". Se prevé un aumento del 50% en la producción de este sector en el quinquenio. La producción de líneas informatizadas, sistemas flexibles automáticos y microprocesadores aumentará en un ciento por ciento, por lo menos. Rizhkov no dijo qué presupuesto se asigna al Ejército, pero, al igual que Gorbachov la víspera, afirmó que éste mantendrá "a su debido nivel" la potencia defensiva del país.

En el campo energético se continuará con la prioridad de la energía atómica para la producción de electricidad. La agricultura recibirá el 33% de los recursos económicos globales.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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