Sáenz de Ynestrillas fue enterrado envuelto en la bandera con el escudo franquista
El teniente coronel Carlos Vesteiro, el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas y el soldado Francisco Casillas -muertos el lunes en un atentado- fueron enterrados ayer poco después de las dos de la tarde en los cementerios de Alcalá de Henares, de la Almudena y de Alcobendas, respectivamente, todos ellos en la región madrileña. El féretro que contenía los restos mortales de Sáenz de Ynestrillas recibió sepultura envuelto en una bandera con el escudo franquista. Los asistentes entonaron canciones falangistas.
Individuos que portaban banderas de Falange y ex integrantes de Fuerza Joven acompañaron al féretro del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas al panteón familiar en el cementerio de la Almudena.A este lugar -a diferencia del funeral familiar en el hospital Gómez Ulla- sí tuvieron acceso los redactores gráficos e informadores.
Los asistentes interpretaron el trabajo de los periodistas como "una pista para que los terroristas sepan a quién tienen que matar".
Los asistentes, unas doscientas personas, entonaron canciones falangistas y a proferir gritos contra el Gobierno socialista. Ocho hombres, vestidos con la camisa azul, permanecieron durante el sepelio con el brazo en alto.
Mientras se procedía a la inhumación de los restos del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, los más próximos a la tumba arrojaron dentro de ésta rosas con los colores de la bandera española.
Brigada de Paracaidistas
Los restos mortales del teniente coronel Carlos Vesteiro fueron enterrados en el panteón de la Brigada de Paracaidistas de Alcalá de Henares (Madrid), en un ambiente de recogimiento y serenidad, informa Efe. Al entierro asistieron varias decenas de personas.
El féretro fue trasladado a hombros desde la entrada del cementerio hasta el lugar reservado para la inhumación por cuatro jóvenes familiares del fallecido.
Seis meses de 'mili'
Al entierro asistieron, además de familiares, compañeros del teniente coronel y miembros de la Brigada Paracaidista, donde aquél estuvo destinado cuando ocupó el empleo de teniente.
Por último, el cadáver del soldado-conductor Francisco Casillas fue inhumado en el cementerio municipal de Alcobendas (Madrid), localidad donde residía. Al acto asistieron familiares, amigos y compañeros del fallecido, así como el general Ángel Guerra Gallego, jefe de la compañía en la de que estaba destinado Casillas.
El soldado, de 19 años, llevaba seis meses en el servicio militar cuando fue asesinado.
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