UGT emplaza a Trabajo y a la coordinadora a mostrar el acuerdo sobre el puerto de Bilbao

El secretario general de puertos de UGT, Eladio Carrera, ha remitido una circular a sus afiliados advirtiendo que el acuerdo que ha puesto fin el conflicto portuario de Bilbao "no es más que un engaño". La UGT de puertos lanzó ayer un desafío público al secretario general de Empleo, Alvaro, Espina, y a la Coordinadora Estatal de Estibadores para que hagan público el pacto, en el convencimiento de que tal documento escrito no existe.

El temor de Eladio Carrera es que el acuerdo que ha puesto fin a los dos meses de conflicto en el puerto de Bilbao no existe y que no hace sino retrasar hasta fin de mes un conflicto que no ha quedado resuelto. En opinión del dirigente ugetista de puertos, Trabajo ha intentado ganar tiempo, hasta el 22 de junio, aceptando la inclusión teórica en el censo de la CITP de trabajadores fijos de empresa, pero sin que éstos pierdan la vinculación con las empresas.En teoría, los más de 200 estibadores de Bilbao acudirán al turno de rotación y allí serán contratados por sus propios patronos que harán demanda nominal de trabajadores a la OTP. "Ésto", comentaba ayer Eladio Carrera, "no deja de ser una incongruencia, porque la OTP tendrá que contestar que las empresas no pueden solicitar personal que ya es suyo". El problema se planteará -y en esto coinciden medios empresariales- cuando haya que liquidar los salarios de estos estibadores.

El acuerdo de Bilbao, cogido con alfileres, aparece así como un pacto ficticio. Y, en opinión de Eladio Carrera, reproduce el origen mismo del conflicto. "Aquello fue una locura colectiva. Que unos trabajadores pidan en masa su integración en el censo, renunciando a su carácter de flijo de empresa, no tiene sentido. La solución que se ha dado es, en el fondo, otra locura. UGT", añadió, "emplaza a Trabajo y a la propia Coordinardora a que muestren el acuerdo, que lo expliquen a los estibadores y a ver si somos capaces de entenderlo".

El dirigente sindical denunció, además, que en el puerto de Cádiz se estaba aplicando por parte del comité de empresa -en su totalidad controlado por la Coordinadora- la discriminación de los militantes de UGT. Según sus palabras, los fichas de los estibadores afiliados a la central socialista "desaparecen" y nunca llegan a formar parte de las manos, con lo que se quedan sin poder trabajar. Al mismo tiempo, la Coordinadora, en connivencia con las empresas, establece manos más pequeñas que las que se necesitarían para realizar las tareas. Ello hace que se doblen los turnos y un número importante de trabajadores se vea obligado a cobrar el desempleo, mientras otros están obteniendo "pingües beneficios".