Las familias de los jefes asesinados renuncian al funeral oficial en el Cuartel General del Ejército
Las familias del teniente coronel Carlos Vesteiro y del comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas, asesinados en el atentado terrorista perpetrado ayer en Madrid, han renunciado a la presencia de los cuerpos de las víctimas en el funeral oficial que se celebrará hoy en, el Cuartel General del Ejército. En el acto, al que asistirá el ministro de Defensa, Narcís Serra, sólo estará presente el féretro del soldado conductor Francisco Casillas.
Unas 500 personas, de las que unas 350 eran militares, se congregaron en la capilla ardiente por las tres víctimas del atentado terrorista, instalada en el hospital militar Gómez Ulla. Sólo los familiares de las víctimas y los militares podían franquear los puestos de control y recorrer los 300 metros que separaban la entrada al hospital de la capilla ardiente. La prohibición se extendió también a políticos y periodistas.El ambiente era tenso. En el interior de la capilla, las escenas de dolor se alternaban con consignas tales como la abstención en las próximas elecciones y la condena hacia todos los políticos, en especial a los del Gobierno socialista por su actitud "dialogante" con los terroristas. Decenas de personas se amontonaban tanto en la entrada a la sala, mortuoria como en los accesos al hospital, en donde se repitieron frecuentemente gritos de "arriba España".
Las consignas ultras se reprodujeron cuando el jefe del Estado Mayor del Ejército, teniente general José María Sáenz de Tejada, acudió a dar el pésame a la familia. Algunos de los allí presentes comenzaron a gritar culpándole a él y al actual Gobierno de lo que había sucedido. Se llegaron incluso a escuchar gritos de asesino, asesino, cuando el teniente general se ofreció para celebrar un homenaje a los fallecidos en el Cuartel General del Ejército. El mismo grupo de personas impidió el paso al hospital a Antonio Garrigues, presidente del Partido Reformista Democrático (PRD). Fuentes del PRD declararon a Efe que Antonio Garrigues fue golpeado en vanas ocasiones por este grupo sin que la Policía Nacional pudiera hacer nada por evitarlo.
Las familias de Sáenz de Ynestrillas y de Vesteiro exigieron que el acto estuviera presidido por la anterior bandera española, con el escudo que representa a un águila; que no acudiesen Narcís Serra ni ningún otro politico, y que se permitiera la entrada libre "al pueblo llano". La familia, prohibió asimismo la entrada de cualquier político a la capilla ardiente, mientras que alguien también prohibió la entrada de periodistas.
Para hoy, a las once de la mañana, está prevista la celebración del funeral. La familia del conductor permanecía marginada y ajena a todo este tipo de comentarios, y su capilla ardiente estaba tan sólo compuesta por unas diez o doce personas. La familia del conductor, de 19 años, sí ha aceptado el homenaje, y los restos del soldado serán inhumados hoy en el cementerio de Alcobendas. A mediodía, Sáenz de Ynestrillas será enterrado en el cementerio de la Almudena. El teniente coronel Vesteiro recibirá sepultura en el panteón militar de la Brigada Paracaidista, en Alcalá de Henares.
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