Por qué la COAG no está en el COPA
Considero ocioso justificar ahora si nuestra organización vetará definitivamente o no a la COAG su presencia en el COPA, ya que es una cuestión que decidirán nuestros órganos de gobierno.Mi intención es hacer una serie de precisiones sobre este asunto y el debate que ha suscitado: en primer lugar, clarificar que la COAG jamás manifestó interés alguno por estar en el COPA.
Durante 1985 se planteaba entrar en una especie de COPA B; de un conÚté paralelo donde estuvieran presentes las organizaciones de izquierdas marginales en el panorama organizativo europeo. La COAG tachaba al COPA de conservador -esgrimido como insulto- y de no estar de acuerdo con los intereses progresistas que la coordinadora asegura defender. Esa falta de interés da como resultado final una cierta ambigúedad a la hora de negociar su presencia en el COPA. Ningún problema hubiese tenido, a no ser por esa indefinición.
La postura de Agricultura
No es cierto que la causa del aislacionismo de la COAG en el COPA sea debido al veto de nuestra organización. Las razones deben buscarse en el propio Ministerio de Agricultura y su obsesivo apoyo a la organización de UGT -la UPA-FI`T-, intentando romper a la COAG para potenciar a la organización socialista utilizando todo tipo de artimañas.
Quiero recordar el único congreso al que ha asistido Carlos Romero, el de la UPA-F-lT, bajo el eslogan Echa tus raíces con nosotros. Comprueben detenidamente la lucha política y las declaraciones de los dirigentes de las uniones que forman la COAG y su apoyo o desacuerdo en las últimas manifestaciones; así puede tenerse un claro indicio de las razones políticas que alientan al ministerio.
En segundo lugar, la creación de una plataforma unitaria, durante el segundo semestre del año 1985 (el comité interasociativo), boicoteada desde el Ministerio de Agricultura, que no gusta de propuestas surgidas fuera de su propio feudo. Se intentó crear un frente, UPA-CNAG, auspiciado por el ministerio para romper esa plataforma unitaria de cara a nuestra adhesión a la Comunidad y así permitir que el COPA tuviese que reconocer a la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).
Esa maniobra dejaba a la COAG fuera de juego, buscando un nuevo golpe al crecimiento de esta organización. Toda esta estrategia se efectuaba dentro del esquema, harto conocido, de dejar en el panorama sindical español a la CEOE, por un lado, y a UGT, por el otro. Traducido al mundo rural sería: la Confederación Nacional de Agricultores y Ganaderos (CNAG), que pertenece a la CEOE, en un extremo, y a la UPA -de UGT-, por el otro.
Todo salió mal, porque aquí, en nuestro mundo rural, sólo hay tres organizaciones con peso y capacidad de convocatoria dentro de la explotación familiar agraria: UFADE, COAG y Jóvenes Agricultores. No hay más que hacer unas elecciones libres, democráticas y sin injerencias en el sector y se verá dónde está cada uno.
Marginación de UFADE
Recordar también que a la Unión de Federaciones Agrarias de España (UFADE) se la marginó, por el sistema del aquí mando yo, de todas las mesas de trabajo -escasas, por otra parte-, tanto a nivel nacional como autonómico. A pesar de que las organizaciones que constituyen UFADE, en octubre de 1978, habíamos vencido claramente en las últimas elecciones libres a cámaras agrarias (respuesta del señor Moscoso al señor Bandrés en el Congreso de los Diputados y verdaderamente barrido en sus muchas provincias españolas: dato este que curiosamente su diario ha obviado).
No hay que ser muy perspicaz para darse cuenta que esas acciones de dudoso talante democrático traen consigo Iodos de difícil limpieza. Hemos tenido que luchar por nuestra presencia en los foros europeos y lo hemos hecho solos, sin ayuda oficial, más bien con su total bicoteo.
Explíquenme: ¿por qué tenemos ahora que preocuparnos de si la COAG entra o no entra en el COPA? ¿Ustedes creen seriamente que si la COAG fuese miembro del citado organismo y nosotros no permitiría nuestra presencia? Se trata solamente de unas simples preguntas. Nada tienen que ver con la postura que nuestros órganos de gobierno tendrán que adoptar cuando esta situación se presente en el Presidium del COPA de manera formal. Tampoco quiero olvidar la fulminante dimisión del anterior secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA-FIT), Vicente Bernáldez, sustituido por el hermano del jefe del gabinete técnico del ministro. Esa dimisión forzada desde el equipo del ministro tuvo sus razones en la historia que hace del Ministerio de Agricultura el motor real de esta situación.
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