La oferta del nuevo agente

Julio Laguardia, nuevo gerente del Patrimonio Nacional, desde el pasado 11 de abril, que sustituyó a Ramón Andrada, declara: "El Patrimonio Nacional ha iniciado hace ya varios años una política de recuperación de bienes que estaban alquilados a particulares o utilizados para fines que no eran estrictamente de carácter público. Por ejemplo, recientemente se cedió el hospital del Rey, en Burgos, para instalar la facultad de Derecho. En el caso de las casas de oficio de San Lorenzo de El Escorial la situación es similar, y la voluntad del patrimonio es que, indudablemente, su fin debe ser cultural. Pero con sólo decir eso no basta. Sería necesario que algún organismo o entidad, con nuestra colaboración, hiciera un proyecto de usos, acompañado de la financiación necesaria tanto para su puesta en funcionamiento como para el mantenimiento de las actividades"."Lo que estamos haciendo ahora, continuando la labor del equipo anterior, es reconvertir todos los contratos de alquiler en contratos de temporada, para no hipotecar el futuro y tener vía libre si en cualquier momento surge la oportunidad. La idea de convertir las casas de oficios en universidad de verano me parece muy atrayente. Los padres agustinianos del monasterio ya han iniciado contactos con el patrimonio, precisamente en ese sentido, pero estamos abiertos a cualquier oferta que pudiera hacernos, por ejemplo, la Comunidad de Madrid, o la Universidad o el Ministerio de Cultura. Sé que el alcalde de San Lorenzo estaría encantado con una iniciativa de este tipo".

"Lo que sería contraproducente", añade el actual gerente, sería dejar vacías las viviendas, sin más, porque sufrirían un deterioro inevitable en poco tiempo. El problema es que el patrimonio no tiene fondos suficientes para abordar un proyecto de esa naturaleza por sí mismo, y además tampoco es su función. Pero lo que quiero, dejar bien claro es que el patrimonio vería con buenos ojos la firma de un convenio, que no tiene por qué ser con una única entidad, para dotar a las casas de oficio de usos institucionales relacionados preferentemente con las actividades culturales".

Otros miembros del propio Patrimonio reconocieron que la utilización de las casas del monasterio ha estado marcada, por el amiguismo y el favoritismo -una persona que prefiere conservar el anonimato explicó cómo a él mismo le habían ofrecido hace unos años una de las viviendas por 7.000 pesetas al mes. La oferta fue rechazada-.

Lo que hace falta, según estas fuentes, es una actitud decidida de los poderes públicos, del Patrimonio, por una parte, y de la Administración, por otra, para recuperar los edificios, aportar fondos y convertirlos en un centro cultural.