La Caja de Ahorros de Asturias aprobó sus nuevos estatutos

La asamblea general de la Caja de Ahorros de Asturias aprobó el sábado, por 94 votos a favor, 18 en contra y 9 abstenciones, los nuevos estatutos y reglamento de la entidad, en los términos propuestos por el consejo de administración. La de Asturias ha sido la primera institución de este tipo en adecuar sus estructuras a la nueva ley de cajas de ahorro.

El bloque opositor estuvo básicamente constituido por los representantes del Ayuntamiento de Gijón (socio fundador de la caja junto con el Principado), quienes consideran que su municipio sale perjudicado en la nueva representación que les corresponde en los órganos de gobierno de la entidad. Con los nuevos estatutos, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Gijón (ambos de mayoría socialista en la actualidad), controlarán el 51% de los votos en los órganos de decisión de la caja.El nuevo consejo de administración estará formado por seis vocales, en representación de la comunidad autónoma y tres del Ayuntamiento de Gijón, además de siete representantes de los impositores y uno de los empleados. El Ayuntamiento de Gijón exigía que se mantuviera la paridad tanto en este órgano como en la asamblea entre la comunidad autónoma y la corporación municipal gijonesa. El nuevo reparto concede dos vocales más al Principado que al Ayuntamiento de Gijón y recorta fundamentalmente la representación de los impositores, que pasan de nueve vocales a siete en el Consejo de administración y de 150 consejeros generales a 78 en la asamblea.

Los estatutos mantienen en su nueva redacción que el presidente y vicepresidente de la caja serán nombrados de entre los vocales designados por la comunidad autónoma y el Ayuntamiento, de Gijón, respectivamente, e introduce como novedad que el secretario del consejo será elegido de entre los vocales que representen a los impositores. Otra modificación es el carácter ejecutivo que se le confiere al presidente y, en su ausencia, al vicepresidente.

La Caja de Asturias obtuvo, en 1985, unos beneficios antes de impuestos de 1.925 millones de pesetas, superiores en un 60% a los registrados en 1984. El presidente de la entidad, Ángel Noriega, calificó estos resultados de excelentes y anunció que a lo largo de este año podrán duplicarse.