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Majó afirma que la siderurgia debe continuar el proceso de reconversión permanente

"Las empresas siderúrgicas deben continuar el proceso de reajuste permanente", declaró ayer el ministro de Industria y Energía, Joan Majó, ante la junta general de la patronal Unesid. En esta segunda reconversión, complementaria de la anterior e impulsada por el descenso en el consumo de acero, los bajos precios internacionales y la fuerte penetración de productos europeos, el sector contará con el absoluto apoyo de la Administración", señaló el ministro. Las empresas mantienen la necesidad de reducir la producción y recortar las plantillas en unos 12.000 trabajadores, un 20% del total.

El ministro de Industria, en su discurso a los empresarios siderúrgicos, no cuantificó las ayudas de la Administración. Por una parte, como reconoció después en privado, porque las vísperas electorales no son el momento adecuado, y por otra, porque todo reajuste ha de contar con el beneplácito y la supervisión de la Comisión de la Comunidad Económica para el Carbón y el Acero (CECA), obligatorios tras el ingreso de España en la Comunidad Europea.Sí dejó claro que el ministerio no va a adoptar una iniciativa de alto coste político y social como es definir un nuevo plan de reconversión. Toca ahora a las empresas concretar y consensuar esos reajustes, y luego solicitar al ministerio las ayudas.

La junta de Unesid avanzó que esta nueva fase de la reconversión afectará a un 20% de las plantillas del sector, que se elevan actualmente a 64.681 trabajadores si se incluyen los subsectores de relaminación, forja y moldeo. En concreto, el susector de aceros especiales, que ha invertido 20.000 millones en un proceso de modernización y fusión de empresas, ha pasado en los últimos años de 16.000 a 8.000 trabajadores. Ahora el objetivo es reducir en dos años sus efectivos laborales a 4.000 empleados y fijar la producción enun máximo de 800.000 o 900.000 toneladas/año.

En aceros comunes, la necesidad es llevar a cabo la reconversión pendiente, y en ello trabajan las dos patronales, Unesid y Siderinsa, que a finales de junio presentarán su plan al Gobierno y a la CE. La reestructuración pasa por reducir dos millones de toneladas de los 6,4 millones que produce y en "un 30% o un 40% la plantilla", que es de 11.769 trabajadores. El resto afecta a la siderurgia integral, donde la reconversión supuso invertir 524.000 millones.

La siderurgia ha visto agravada su situación por el recorte en las exportaciones y la avalancha de productos comunitarios. Además el consumo interno no ha cesado de bajar en los últimos 11 años, hasta Regar a la cota tercermundista de 158 kilos por persona. La solución, según Majó, habrá de venir de las ayudas para reducción de costes, de la mejora de la productividad y de "la ordenación del mercado interior".

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