El Centro Reina Sofía se abre como lugar de encuentro del arte español con la creación artística internacional
EL PAÍS, La reina Sofía inauguró ayer en el barrio de Atocha, de Madrid, el proyecto cultural más ambicioso de la Administración española, nacido para ser un lugar de encuentro del arte español de vanguardia con la creación artística internacional. Bautizado como Centro de Arte Reina Sofía, se abrió bajo un sol inclemente, en un acto solemne y peripatético, como corresponde a un lugar de exposiciones. Como símbolo de lo que será el porvenir de este centro, el Reina Sofía se ha inaugurado con Referencias, una muestra colectiva de arte español y extranjero.
En la exposición Referencias participan, por parte española, el escultor Eduardo Chillida -que ha hecho el anagrama que identifica al centro- y los pintores Antoni Tàpies y Antonio Saura, y por parte extranjera el escultor norteamericano Richard Serra, su compatriota el pintor Cy Twombly y el pintor alemán Georg Baselitz. La exposición Procesos, sobre las nuevas tecnologías y la cultura, y la titulada Espacios para la cultura, sobre actuaciones del Ministerio de Cultura, completan la oferta de esta primera fase de apertura del nuevo centro cultural.Todos los artistas convocados a mostrar su obra en la inauguración del Reina Sofía -sólo faltó a la cita Twombly, que no suele asistir a este tipo de solemnidades- coincidieron en definir el encuentro de ayer como un símbolo de lo que puede ser hoy la coyuntura del arte moderno, que el español Antonio Saura definió como "un momento de amistad, de reunión y no de confrontación". Saura vio en el carácter ecléctico de la muestra que le pone a él en relación con otros cinco pintores de su tiempo "una selección muy brillante que corresponde a una idea muy brillante". Para él y para sus colegas, el centro que los acoge "tiene unas posibilidades fántásticas"; Tápies lo puso en perspectiva: "Tiene unas condiciones excelentes para exponer; ojalá tuviéramos algún día en Cataluña un lugar como éste". Chillida, el escultor vasco, mantuvo optimismo similar e hizo una precisión: "No sólo son buenas estas salas para exponer pintura; lo son también para exhibir esculturas".
El paseo
La reina Sofía recorrió detenidamente, pero con la dificultad que producen las aglomeraciones, las exposiciones con las que se abre el centro al que da nombre. La acompañó en el recorrido la esposa del presidente del Gobierno, Carmen Romero, y le siguieron también, con otras personalidades, el ministro de Cultura, Javier Solana, y el presidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina. Más de 1.000 personas acudieron a la inauguración; lo notaron la Reina y lo notaron los pintores: "Me ha dicho", comentó Antonio Saura, "que espera ver todas las muestras en momentos más tranquilos".
El norteamericano Richard Serra, que es un escultor enamorado de España, no tuvo ocasión de contarle a la Reina la génesis de las diversas esculturas espectaculares que reposan como muros antiguos sobre las baldosas blancas del Reina Sofía. "Orgulloso de participar en esta exposición internacional con la que se consolida la vitalidad del arte español y de la España que ha emergido de los horrores de Franco", Serra recordó a su viejo amigo Enrique Tierno, que le encargó para Atocha un símbolo de la nueva era de esta zona de la ciudad en la que se halla enclavado el nuevo centro. Serra, vestido de azul, como un escultor en pleno ejercicio, hablaba junto a una escultura que simboliza su actitud ante la vida, la titulada Guernica/Bengasi. "Estaba mirando yo el Guernica en el Casón del Buen Retiro cuando se supo que Reagan había bombardeado Libia. Los sufrimientos que padecierón los civiles de Bengasi y los civiles de Guernica debieron de ser similares, y yo he querido recordar a ambos pueblos en una sola pieza contundente de hierro".
Un reto
Georg Baselitz fue más parco en palabras, pero exacto en su juicio. Como artista, le preocupó la localización de los personajes que pinta, parecidos a él mismo, alto como sus figuras. Entró en la sala, advirtió que el entorno de su obra era el adecuado, se dio medio vuelta y exclamó en voz baja: "Muy bien". Para él y para el resto de sus colegas, este espacio, del que ayer se inauguró sólo el 27% en una primera fase que se ha querido abrir "para no hurtar al pueblo del Madrid, esta primera fase", según Javier Solana, "es un reto al que los artistas contemporáneos tienen que responder con vigor", como dijo Richard Serra. "Ya no se puede crear sin pensar en los espacios que se proponen al creador, y los artistas de todo el mundo tienen que pensar en este nuevo lugar como en la escenografía en la que tienen que responder a sus retos".
Carmen Giménez, directora general de Exposiciones del Ministerio de Cultura y responsable del sentido que tiene esta primera fase del Reina Sofía, se mostró ayer satisfecha de esta "primera entrega". "Espero que ésta sea la tónica del futuro, porque así podemos mostrar la fuerza de España en el terreno de la creación artística. No todos los países pueden presentar tres artistas de la fuerza de Chillida, Tàpies y Saura en una confrontación con el arte que se hace en el resto del mundo".
La novedad
La exposición Procesos. Cultura y Tecnologías, que contempló ayer detenidamente la reina Sofía, consta de aproximadamente 50 elementos diferentes que muestran las distintas aplicaciones culturales de las nuevas tecnologías, desde la generación de imágenes obtenidas por soportes electromagnéticos y las imágenes sintéticas de ordenador, hasta las bases de datos, los logicales o programas para microordenadores, el grafismo electrónico, las novelas interactivas, etcétera. Los visitantes pueden, además, manejar gran parte de estos equipos.
La exposición está montada en torno a tres ejes, que son otras tantas aplicaciones de la tecnología: la memoria (permiten el archivo y custodia del saber humano), la comunicación y la creación artística.
El comité de dirección de la exposición Procesos está integrado por César Alonso de los Ríos, José Vicente Cebrián y Raúl Rispa. Su montaje ha sido posible gracias a la colaboración de numerosas empresas privadas relacionadas con estas sofisticadas tecnologías.
Babelia
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