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ELECCIONES, EL 22 DE JUNIO

El proyecto que nunca llegó a nacer

El Gobierno llegó a tener elaborado un preborrador de proyecto de ley regulando las elecciones al Parlamento Europeo. Hasta casi última hora el Ejecutivo pensó hacer coincidir estas elecciones con las legislativas; incluso eurodiputados socialistas, como Joan Colom, anunciaron como inminente, a comienzos de abril, la luz verde del Consejo de Ministros al proyecto de ley, algo que fue inmediatamente desmentido por Alfonso Guerra. En aquellos momentos el presidente González y el vicepresidente Guerra ya daban vueltas a la posibilidad de adelantar los comicios generales al mes de junio, aunque decantándose todavía por el agotamiento de la legislatura. Esta anticipación, obviamente, excluía, por falta de tiempo, la posibilidad de que el proyecto de ley que regularía las elecciones de eurodiputados pudiese ser tramitado en las Cortes.

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Por otro lado, el Gobierno decidió que sería mejor no abrir, en vísperas electorales, el inevitable contencioso con las nacionalidades que supondrá la aprobación de este proyecto de ley, que contemplará el sistema de circunscripción única o lista nacional, mientras que las minorías vasca y catalana exigen que se emplee el sistema de lista regional. El propio presidente del Parlamento Europeo, Pierre Pflimlin, aconsejó el sistema regional en el caso español -no existen normas legales al respecto, y cada país puede regirse hasta 1988 por el sistema que desee- Pero el PSOE ya ha optado claramente: el próximo proyecto de ley, uno de los primeros que serán elaborados en la legislatura que se inicia en julio, se decantará por el sistema de lista única, aunque con proporcionalidad corregida en las comunidades autónomas donde existen fuertes partidos nacionalistas (es decir, en el País Vasco y Cataluña).

El futuro proyecto de ley incluirá la incompatibilidad entre el cargo de eurodiputado y el de parlamentario en las Cortes generales españolas, así como, probablemente, remitirá a la ley Electoral general en lo referente a las incompatibilidades profesionales. De llegar esto a ser finalmente así, algunos eurodiputados actuales, como el registrador de la propiedad Pío Cabanillas, deberán optar entre su lucrativa profesión o el escaño en Estrasburgo. Sin embargo, el Gobierno. ha recibido algunas presiones para que la normativa a la que se vean sujetos los eurodiputados en materia de incompatibilidades profesionales sea más benigna que la contemplada en la ley general.

El proyecto de ley que regulará las elecciones para el Parlamento Europeo -que con toda probabilidad coincidirán en mayo de 1987 con 13 autonómicas y las municipales- tropezará, previsiblemente, con la resistencia de los partidos nacionalistas.

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