Los inquilinos y la contribución urbana
Centenares de miles de familias que todavía ocupamos en Madrid viviendas alquiladas y que, por lo mismo (por no haber podido acceder a un hogar propio), somos el sector social económicamente más débil, nos hemos visto sorprendidas por el fuerte aumento de la contribución urbana que los pro-Pasa a la página 12
Los inquilinos y la contribución urbana
Viene de la página 11pietarios de las viviendas nos van a pasar al cobro, lo que, en virtud de un decreto de junio de 1977 y otras disposiciones posteriores, afecta incluso a los inmuebles más antiguos, ya amortizados por sus usuarios, que son, por lo común, jubilados y otras modestas. personas.
Y acaso, la repercusión a los inquilinos de esa contribución es lo que mejor evidencia la injusticia y regresividad de la misma e, incluso, su inconstitucionalidad. Pues, ¿qué culpa tenemos los inquilinos de que los inmuebles que habitamos, y que no son nuestros, se encarezcan del modo que lo hacen, en no escasa medida a causa de una política económica en la que todo son aciertos, y suban tanto, por ese motivo, los valores catastrales y, en consecuencia, la contribución urbana?
Y es que esa contribución tendría que desaparecer. La recaudación fiscal debiera centrarse en el impuesto general sobre la renta de las personas físicas y en el impuesto sobre beneficios de sociedades, aunque con un adecuado mínimo exento, que habría de ser sensiblemente superior a las 500.000 pesetas anuales hoy vigentes. Y, asimismo, tendría que elevarse sustancialmente la participación de las Administraciones locales en los presupuestos generales de¡ Estado, cuya participación es actualmente en España la más baja de toda Europa.- Rafael A. Hernán.
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