El joyero de Santander que denunció corrupción en la policía afirma que teme por su vida
Federico Venero, el joyero de 36 años de Santander que decidió, a principios de año "tirar de la manta" ante el juez y descubrir aspectos de la supuesta mafia policial, asegura que desde hace tres o cuatro meses no duerme tranquilo. Vanero se refiere a la -época en enero- en que pretendió acabar con las presuntas extorsiones a cargo de ciertos inspectores que le obligaban a la ejecución, compartiendo beneficios, de determinadas actividades delictivas.
El joyero cree que, cuando se conozca el sumario, el asunto ha de alcanzar repercusiones de carácter nacional. "Porque estoy seguro de que pueden salir muchas más cosas aunque yo sólo he nombrado ante el juez a tres o cuatro policías. Aquellos con quienes me reunía en el hotel Las Rocas, de Castro Urdiales", afirma.
Venero, que atraviesa una delicada situación económica, teme al futuro más por su seguridad personal que por las finanzas. "No es que ellos se propongan matarme aquí, en la tienda. No lo van a hacer así pero por 200.000 pesetas que pongan cada uno, ya encontrarán quien abra la navaja o apriete el gatillo".
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