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Las eléctricas presentarán mañana el plan de reducción de costes solicitado por Industria

Las empresas eléctricas tienen que presentar antes de mañana, martes, los planes individualizados de reducción de costes que han sido solicitados por la Dirección General de Energía del Ministerio de Industria. De la aprobación de estos planes dependerá la distribución entre las sociedades, según el criterio de Industria, de un 3% (unos 30.000 millones del pesetas) de la facturación total del sector en 1986. Este paso, dentro del proceso de saneamiento eléctrico, se da una vez concluidas las negociaciones para la fijación de los dividendos de las empresas correspondientes al ejercicio de 1985.

El pacto de los dividendos entre el ministerio y las, empresas, pese a la satisfacción que dejan traslucir las dos partes, ha dejado secuelas en algunos medios empresariales. El hecho de que todas las sociedades del sector hayan tenido que limitar la distribución de dividendos y que su anuncio sea posterior al acuerdo de intercambio de activos, pese a que éste todavía no ha quedado reflejado en el balance de las sociedades correspondiente a 1985, ha sido criticado abiertamente por las empresas por su posible impacto negativo en el inversor.Para estos medios, el recorte de los dividendos no ha tenido en cuenta el efecto beneficioso que, para el, conjunto y cada una de las empresas, ha producido el intercambio de activos. De hecho, los criterios pasa la reducción de dividendos se han realizado en función de cómo estaban las sociedades en lugar de cómo han quedado. No obstante, el inversor corre el riesgo de sacar la impresión de que los dividendos anunciados corresponden a la situación en que han quedado las empresas una vez ya realizado el intercambio, con lo que se puede dar una idea equivocada del sector en estos momentos.

Al margen de la polémica desatada sobre la irregularidad del pacto en términos jurídicos (se violenta el espíritu y la letra de la ley de Sociedades Anóminas, según ha reconocido hasta la propia directora general de la Energía, Carmen Mestre, en un artículo periodístico), los dividendos acordados han quedado así: Endesa e Iberduero distribuirán el 8,5%; Hidrola y Sevillana, el 6,5% (y no el 6% para esta última sociedad, como, por, error se atribuyó a fuentes de la propia empresa); Unión-Fenosa, el 4,5%, y Fecsa mantendrá, en espera de confirmación, el 2,5% dado a cuenta.

Pese a que estos porcentajes no se acercan a la rentabilidad que estas empresas siempre han garantizado a sus accionistas, medios oficiales destacan que los dividendos experimentarán un incremento adicional por vía indirecta gracias a la posibilidad de realizar ampliaciones con un porcentaje liberado. Para algunas sociedades, esta posibilidad supone, de hecho, un dividendo complementario de dos puntos.

Cuatro escalas

El pacto ha planteado, por otro lado, un inconveniente añadido. Se trata de cierta arbitrariedad en la fijación de las cuatro escalas de dividendos. Se produce así la incongruencia de que algunas empresas con rentabilidad recortada están aportando fondos, vía la compensación nuclear o vía compensaciones de potencia, para que otras sociedades, gracias a activar sus inversiones nucleares como resultado de la moratoria, puedan ofrecer el dividendo dentro de la gama elevada.La aceptación del pacto de los dividendos por parte de las empresas tiene mucho que ver con la siguiente fase del saneamiento del sector, es decir, la reducción de costes. Según las últimas disposiciones ministeriales, las empresas han quedado emplazadas para presentar antes del 20 de mayo unos programas concretos sobre reducción de costes. De la aprobación de éstos depende la distribución del fondo del 3% de la facturación -unos 30.000 millones de pesetas-, que las empresas tienen que entregar en una cuenta intervenida.

Un 35% de este fondo debe ser distribuido en función de los ajustes de auditoríá correspondientes al año 1984 -que beneficiaría, concretamente, a las ernpresas que vendieron activos-, mientras que el 65% restante primará a aquellas sociedades que realicen más esfuerzos en sus, procesos particulares de saneamiento. El buen comportamienio de las empresas se ha convertido así en elemento decisivo en la distribución de los 30.000 millones, cantidad que equivale, aproximadamente, al dividendo no distribuido en este año.

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