El embajador libio en Madrid, acusado de dirigir un grupo terrorista

El encargado de negocios y actual número uno de la Embajada de Libia en Madrid, Ahmed Mohámed Nakaa, organizaba y financiaba -los atentados del grupo terrorista La Llamada de Jesucristo contra intereses norteamericanos y judíos, según las declaraciones del responsable de este grupo en España, el libanés Faisal Hanna Joudi. Las diligencias policiales de estas declaraciones están en poder del titular del Juzgado de Instrucción número 4 de la Audiencia Nacional El juez ha ordenado la prisión incondicional de los 10 presuntos terroristas detenidos.

Concretamente, Nakaa ofreció ypagó 70.000 dólares (cerca de 10 millones de pesetas) para que el grupo llevara a cabo acciones terroristas contra objetivos norteamericanos y judíos en Madrid y Lisboa, siempre según las declaraciones de Faisal Hanna Joudi, que añade que el número uno libio en España le dio instrucciones concretas para realizar esos atentados. Este periódico intentó ayer ponerse en contacto con Nakaa, pero en la sede diplomática líbia se informó que estaba localizable y que no había ningún responsable que respondiera a esta información.Fuentes gubernamentales han precisado que la supuesta implicación del actual número uno de la Embajada de Libia en Madrid, Ahmed Mohamed Nakaa, en estas operaciones terroristas ha creado un "nuevo problema" a las ya deterioradas relaciones hispano-libias tras las numerosas expulsiones de ciudadanos y diplomáticos libios ordenadas por el Gobierno español. Nakaa permanece aún en nuestro país, y el Gobierno, por el momento, no ha decretado su expulsión.

Por otra parte, el ultraderechista José Antonio Assiego ha declarado a este periódico que se desplazó a Trípoli, junto con su compañero Enrique Moreno Gómez, para intentar vender a Libia un taller de artes gráficas de Guadalajara. En cambio niega que viajara con el coronel De Meer de Ribera y con el cónsul libio en Madrid, Mohamed Alsalam Esmaiel, a pesar de que el juez militar le dijo que poseía pruebas de que todos habían viajado en el mismo avión desde París a Trípoli. Assiego dice no haber visto en el vuelo al diplomático libio, con quien se reunió varias veces en Madrid y posteriormente en Trípoli durante la estancia de De Meer.

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